La miopía municipal alcanza niveles preocupantes cuando temporada tras temporada estamos obligados a dedicar ingentes energías en convencer a los responsables políticos de que la eliminación de los males endémicos de la Playa de Palma requiere un compromiso firme de todos los actores, los privados y los públicos, en base a una estrategia conjunta donde todos asuman sus defectos y sus virtudes.

No se duda en señalar a determinadas ofertas como los únicos responsables de las penosas imágenes y el ayuntamiento hace suyo el discurso esgrimido por el mismo sector que se olvida de los más de cuarenta establecimientos que, de facto, ofrecen "todo incluido" (alcohol también), o de los supermercados/cocteleras, o de los vendedores ambulantes de alcohol a pie de playa.

El ayuntamiento redobla el servicio de limpieza en una escalada sin fin para comprobar que el verbo ensuciar no se conjuga a la misma velocidad que el verbo limpiar. Abandonan el mantenimiento de las infraestructuras donde solo la inversión privada nos ofrece una pincelada de esperanza ante tanto desatino.

Dedican tiempo y nuestro dinero a redactar normativas que sus propios servicios jurídicos ponen en cuestión y no son capaces de alcanzar acuerdos inteligentes que permitan actuar en contra de las prostitutas/chorizas, de los trileros, de los vendedores ambulantes, de los borrachos, de los incívicos, etc., en un insultante abandono del espacio público.

Se criticó el famoso Plan de Reconversión de la Playa de Palma (2001) porque el listón estaba demasiado alto. Se abandonó el consorcio por falta de acuerdos. Se suspendió la comisión de seguimiento a favor de una plataforma excluyente en la que se reivindica la solución de las mismas cuestiones desde hace más de veinte años.

Rigor en las decisiones de un ayuntamiento ante irregularidades urbanísticas en base a criterios de departamentos "estanco" que no alcanzan obtener una visión global de la problemática y buscar una solución también global.

La segregación administrativa, aunque de remota consolidación, es una alternativa que desplaza la responsabilidad del ayuntamiento a otro ámbito de gestión en formato también de municipalidad, lo cual y visto lo visto no garantiza ningún mejora al respecto. Escuchar y atender al sector privado cuyos representantes llevamos más de veinte años ofreciendo nuestra experiencia a los cambiantes interlocutores que, de un color y de otro, siguen sentando cátedra en su subjetivo análisis.

* Presidente de la Asociación Balear de Ocio Nocturno y Entretenimiento y Secretario Ejecutivo de la Asociación Empresarial de Actividades Turísticas de la Playa de Palma