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Caminatas cortas, tan animadas y saludables

Andar poco también puede ser conveniente. Quizá no para estar en plenas facultades físicas pero sí para mejorar en salud, en una mayor lucidez y aumentar la productividad. Esto no quiere decir que quienes corren, dan largas caminatas y hacen ejercicio todos los días dejen de hacerlo. Recientes estudios, alguno aún en proceso, señalan que no hace falta gran esfuerzo para mejorar la salud, librarse un poco del estrés y hasta despejar la cabeza.

"Las caminatas breves podrían prolongar tu vida", señalaba un titular de una información días pasados en The New York Times. Ya el diario estadounidense había publicado meses antes reseñas en este sentido sobre estudios relacionados con el correr y el andar. En uno hablaba de "Los beneficios de una caminata a la hora del almuerzo" mientras en otro revelaba los resultados de un estudio en que se intuía que caminar es bueno contra la demencia. En las tres informaciones se explicaba que tanto recorridos de pocos minutos, como andar trayectos cortos o una marcha breve mejoran la salud. Es decir, puede que pequeños y fáciles ejercicios sean tan beneficiosos como los grandes esfuerzos que hacen los "runner", tan de moda.

Profano en la materia, reproduzco algunas frases de la información publicada a mediados de abril por el diario neoyorkino: "Camina durante dos minutos. Repítelo quince veces" o "camina tres veces durante diez minutos. Un estudio dado a conocer en el Journal of the American Heart Association, hecho sobre el estilo de vida de personas de más de 40 años en Estados Unidos, sus patrones de actividad física y expectativas de vida, llegaba a la conclusión de que el ejercicio no tiene que ser prolongado para ser beneficioso, "solo tiene que ser frecuente". El provecho parece que es similar al de largas caminatas, siempre que ese breve caminar o esos trayectos cortos se hagan con algún vigor y no sean meros paseos. Es decir, andar cada día una media hora beneficia la longevidad tanto si se realiza en una sola tirada como si se hace en varios tramos de pocos minutos.

Al mismo tiempo, ejercicio de este tipo refuerza la función cerebral y agiliza el pensamiento en las personas que padecen demencia. Otro estudio, realizado por investigadores de la Universidad de la Columbia Británica en Canadá, indica que caminar varias veces a la semana, además de mejorar el estado físico, repara el deterioro cognitivo, activa la presión arterial y beneficia la función cardiovascular. Con ello se recupera memoria y previene una posible llegada del Alzhéimer. Esta información, publicada hace meses en el British Journal of Sports Medicine y dada a conocer al lector no científico por el periódico de la Octava Avenida, viene a completar un informe bastante anterior elaborado, entre otras, por la británica Universidad de Birmingham sobre un especial momento para caminar.

Así, varias instituciones universitarias convinieron entre sus oficinistas de vida sedentaria que dedicasen treinta minutos de su hora de almuerzo a caminar tres veces a la semana. En el estudio participaron muchas más mujeres que varones pues muchos adujeron que caminar no les extenuaba suficientemente para realizar un estudio de ejercicio. Los participantes, especifica la información de TNYT, gozaban de salud física y emocional pero para comenzar el experimento se sometieron a varias pruebas basales, condición física y estado de ánimo, lo que reveló que ninguno estaba "en plena forma". La investigación reveló que caminar en esos momentos puede aminorar de forma perceptible el estrés laboral y mejorar el ánimo personal por lo que el trabajo por la tarde, normalmente "más pesado", resulta más productivo. Es decir, caminatas antes de comer abren el apetito y también dan fuerzas para alejar la modorra vespertina.

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