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Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

Los ciclistas tienen coche

El próximo domingo he quedado con mis amigotes para rodar en bicicleta, por lo que ruego que se retiren todos los coches machistas y acosadores de las carreteras mallorquinas Ma-20, Milf-68 y Ppsoe-34. En cambio, el lunes iré al trabajo en mi flamante todoterreno, por lo que exijo que me liberen los márgenes de los malditos pelotones de avispas en bici, que han convertido las carreteras de la isla en un tormento letal. En resumen, quítenme a los demás de encima. De paso me llevo las etiquetas de ecologista y de vida sana, si no hago un próspero negocio como en las mascaradas que privatizan la red pública mallorquina. Y sobre todo, consigo el codiciado estatuto de víctima ocasional, en los horarios en que me apetezca dejar de comportarme como otro vulgar depredador.

Más de un ciclista también pilota un todoterreno, lleva las máquinas colgadas, que impide con su tamaño la convivencia en la carretera. Dado el lamento escalofriante del estimulante Alberto Contador y otras víctimas ocasionales, sobre el terrorismo pace Llarena de los coches sobre las bicicletas, no me cabe duda de que los ciclistas con cochazo serán los primeros en desprenderse de sus monstruos. No querrán entorpecer el disfrute de sus esforzados hermanos.

Frente a tanta víctima de ocasión con coche y bicicleta, el nivel de incivismo entre ciclistas supera al vigente entre automovilistas, que ya es decir. Nada extraño, una vez demostrado que se trata de las mismas personas. Mallorca encabeza como siempre la clasificación de accidentes con bicicletas involucradas. Por tanto, es también la zona en que más practicantes del ciclismo atropellan involuntariamente a sus colegas sobre dos ruedas. Es superfluo aclarar que la víctima será siempre el ciudadano inerme, que aporta la carrocería. Sin embargo, la culpa solo corresponde a quien está diseñando la isla con más coches y ciclistas por metro cuadrado. Es la primera regla de la teoría química de colisiones, que tienden a olvidar quienes reclaman una carretera privada cuando ruedan por el paisaje de todos.

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