Si a Tolo Cursach le exigieran un millón de euros semanales de fianza para eludir la cárcel, ¿se atreve usted a negar que pudiera pagarlos? Esta es la relación real entre la potencia del magnate y la impotencia de los jueces, que desgraciadamente nos representan. Dos de las tres magistradas que liberaron al empresario también absolvieron a la Infanta Cristina, porque no sabía de números. Por lo visto, no era la única persona en la sala adornada por esa virtud. Mientras tanto, el lince numérico recién liberado desayunaba en la mañana del jueves junto a sus allegados en Megasport, el gimnasio que camina orgulloso hacia los diez mil socios porque los mallorquines siempre han sabido distinguir.
La llegada a Mallorca de más de cien mil coches de alquiler matriculados en la vecina España obligaba a imponer limitaciones, así que el cobarde Consell del asfaltador Miquel Ensenyat ha decidido retirar de la carretera los coches de los nativos, los siempre engorrosos mallorquines. La socialista Mercedes Garrido, titular de Degradación del Territorio, declara que "estamos analizando lo que está ocurriendo, pero la gente debe mentalizarse de utilizar más el transporte público". Fuimos "votantes", para que alcanzara el poder la distinguida miembro del PSOE que siempre acaba alquitranando y hormigonando. Ahora somos "gente". O gentuza, para qué andarnos con rodeos.
En vez de impedir por cualquier medio la invasión de vehículos piratas, el Consell actúa contra los coches que no son de alquiler. No hay que quedarse a medias. ¿Por qué no retirar directamente a los mallorquines de la circulación, de momento sin métodos violentos? Nassim Nicholas Taleb nos enseñó que nadie puede predecir el colapso, aunque se reúnan todas las condiciones para desencadenarlo. El Pacto de Progreso no ha creado esta situación, pero pagará las consecuencias.
Esta guerra debería librarla la patronal de las casas de alquiler de coches a escala mallorquina, Aevab. Lástima, porque está presidida por Ramón Reus, portero del Mallorca. Los más afortunados entre ustedes pudieron leer la entrevista que su seguro servidor le realizó la semana pasada. Paños calientes y una sarta de obviedades. Ni siquiera conoce el número de vehículos invasores, que aquel día eran 120 mil, al día siguiente habían subido a 140 mil y son en realidad 180 mil, como bien saben los concesionarios. Si los empresarios locales quieren sobrevivir, conviene cambiar de timonel y contratar a una relaciones públicas que sepa hacer su trabajo. De lo contrario, la extinción está tan garantizada como la desaparición de los empresarios mallorquines de autocares discrecionales a manos de Alsa.
Recuerde dónde leyó antes el anuncio del segundo archivo de Minerval, todavía por debajo de los tres archivos de Bitel en el mismo juzgado, y todos sabemos que James Matas era inocentísimo. También se investiga en dicha sede judicial el caso Contratos, y ya publiqué mi predicción al respecto. Lo cual no mitiga el estupor que provocan los dirigentes de Més, que decidieron emular el comportamiento del PP con Jaume Garau, su "hermano". Y suerte que Pedro Horrach prometió que no defendería en casos de corrupción. No hace otra cosa.
El catedrático menorquín Guillem López-Casasnovas, asesor del Govern, figura en la excelsa colección de profesores de economía (Harvard, Oxford, Stanford, London School of Economics, premios Rey Jaime I) que han agradecido a la universidad escocesa de St. Andrews su acogida a la profesora Clara Ponsatí, consellera de Puigdemont comprometida según los firmantes con la "no violencia". En cambio, Eivissa ha aportado a la mesa del Parlament catalán al vicepresidente Josep Costa, sin duda uno de los mayores incompetentes de esta página incluido el autor. Es importante que les hayamos tomado el pelo aunque solo sea excepcionalmente a los catalanes, colocándoles a uno de nuestros peores excedentes. Con personajes españoles así, Llarena puede respirar tranquilo.
La imagen que hoy nos ilustra es el mayor portazo de portada contra la monarquía, por encima de las injurias huecas de Valtonyc. El BOC o Boletín Oficial de la Corona titula a toda página "La Reina Letizia se enfrenta a su peor crisis", en una revista ¡Hola! que le encuentra el lado festivo a un divorcio. En la foto seleccionada con mimo, la monarca auténtica baja del coche dominando la primera página. Sonríe un palmo por encima de su nuera, la asistenta que abre la puerta postrada, de perfil y en actitud sumisa No queda nada de la Jefa del Estado. En el interior de la revista, decenas de famosos y desocupados proclaman que solo guardan fidelidad a la Reina Sofía. La revista contiene la crónica más ácida y ajustada de los partidos de ida en la catedral de Palma y de vuelta en una clínica de Madrid, sin exceptuar ni a la princesa de los manotazos. Ortiz, si has perdido el ¡Hola!, tu reinado se tambalea.
A propósito, Pedro Erquicia es una de las personas más interesantes que he conocido, la inteligencia se le da por sentada. Tiene gracia que un amante de Mallorca intermediara el encuentro entre Felipe de Borbón y Letizia Ortiz, que odia a Mallorca más que a Sofía de Grecia. Con el conductor de Informe Semanal que viene de fallecer y su inseparable Aurora Fierro, vivimos la verdadera noche mallorquina en la cala de la familia banquera en Felanitx. Con danzas druídicas en torno a un menhir. Erquicia representó como nadie la España de la transición, felizmente fenecida.
Reflexión dominical blasfematoria: "La mayor blasfemia reside en la propia historia de las religiones".
