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Antonio Tarabini

Entrebancs

Antonio Tarabini

Y mientras la vida sigue igual

Las últimas semanas ha sido noticia el desencuentro público en nuestra simpar catedral entre suegra y nuera, ambas reinas, una emérita y otra consorte. Por lo leído, visto y oído, parece que la suegra Sofía ha ganado la batalla de la opinión pública. La escaramuza real se ha intentado cubrir con una sobreactuación de la troupe real al completo aprovechando la puesta a punto de las articulaciones de nuestro emérito rey, Juan Carlos. Y para mayor escarnio los medios de comunicación están ocupados por el máster de la Cifuentes. La presidenta de la Comunidad ha sido cogida en un renuncio al afirmar, no siendo cierto, haber obtenido un máster en la Universidad Rey Juan Carlos. Pero para la excelentísima señora haberla cazado en una mentira palpable no es motivo de dimisión; en todo caso queda a la espera de que Rajoy decida si la cesa o no. Propio de república (monarquía) bananera.

Y mientras, más de lo mismo. El mal denominado "problema catalán", que afecta no sólo a Catalunya y a los catalanes sino también al conjunto de Estado español y a todos y cada uno de sus ciudadanos y ciudadanas, sigue enquistado. La legítima mayoría parlamentaria independentista, se muestra incapaz de elegir president ni de formar gobierno. El president del Parlament se ha visto obligado a suspender el debate de investidura de Jordi Sánchez tras la decisión del juez Llanera de mantenerlo en prisión preventiva; decisión que otros jueces consideran exagerada y que responsables políticos (¡incluso no independistas!) consideran un error. Y seguimos ensarzados en las causas abiertas por los tribunales españoles y la resolución de las instancias judiciales alemanas, belgas, escocesas, belgas y suizas. Y al otro lado de la barrera los llamados "unionistas", Populares y Ciudadanos, empecinados en dar una solución "judicial". El gobierno de Rajoy, antes y ahora, ha sido "incapaz de tomar una sola iniciativa política, delegando hasta al absurdo sus responsabilidades en el aparato judicial, a cuyo desprestigio ha contribuido mediante la transformación aberrante del Tribunal Constitucional en un órgano jurisdiccional más" (trascripción literal de parte de "La España de la idea" escrito por el nada "sospechoso" Juan Luis Cebrián el 2 abril, en su periódico El País).

Y mientras la sociedad civil está encabronada (perdonen la expresión). Se reactivan los denominados Comités en Defensa de la República (CDR) con actuaciones relevantes en la vía pública y que afectan a la normalidad cotidiana. Desde mi perspectiva, aunque no coincido ni con los objetivos ni con los modos de actuar de los CDR, considero un grave error que la fiscalía considerara sus actuaciones como delitos de rebelión y terrorismo, cualificación anulada por un juez y sustituida por delitos de desorden público. Aunque sea cierta la existencia de una mayoría silenciosa, los sectores y entornos independentistas, aún sin tener mayoría social, siguen teniendo capacidad de movilización, la manifestación de ayer en Barcelona en defensa del Procés es un botón de muestra.

Se está creando un clímax enrarecido e insostenible no sólo en Catalunya, ni únicamente entre sectores independentistas. El 5 de marzo se me ocurrió el infeliz desliz de publicar en mi muro de Facebook "Des de els extrems es impossible el dialeg". El 26 de marzo incluí un texto de David Bollero publicado en Público titulado "Catalunya, ¿y ahora qué?:"Soy pesimista en esta cuestión, precisamente, por la mediocridad de la clase política, que se sitúa en las antípodas de tener altura de miras. La diferencia con otras situaciones es que buena parte de la ciudadanía parece no estar ya dispuesta a seguir tolerándolo, pero incluso estos ciudadanos han de tener también altura de miras. Todas las partes habrán de ceder para volver a alcanzar la paz social". Y el 6 de abril: "Després dels esdeveniments d´Alemanya i belgica és imprescindible intel·ligència i sentit comú per part d´uns i altres". La participación fue masiva. Entre mis "amigos" haberlos haylos de todas cuitas, pero una mayoría relevante se manifestó en contra de mis propuestas. Va de retro inteligencia, sentido común, dialogo€

Y mientras, más de lo mismo. Seguimos sin Presupuestos, imposibles de aprobar sin los votos del PNV condicionados a la retirada del artículo 155, que, a su vez depende de la elección del president y la puesta en marcha del gobierno de la Generalitat. ¡Pelillos a la mar! Como cantaba ya en 1969 Julio Iglesias, "la vida sigue igual".

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