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La mirada femenina

Agua que cura

Creo en la bondad de la gente y en las palabras y pensamientos hermosos que emiten buenas vibraciones.

Creo en el poder sanador de la música, y también en esas verdades como puños que rescata el sentido común a lo largo de los siglos. Que el dolor es una oportunidad para crear no es sólo una frase bonita.

Uno no valora completamente lo que tiene hasta que lo pierde. Por eso la pérdida encajada con entereza puede llevarnos a la sabiduría.

La negación de la pérdida o su no aceptación podría convertirse en amargura o sufrimiento crónico. Hundirse en el pantano de la tristeza. Por ello, más incluso que lo que nos sucede, el quiz de la cuestión radica en cómo nos lo tomamos; cómo encajamos la vida es más importante que la vida en sí misma. Y es clave analizar cómo nos hablamos y cómo hablamos a la gente que nos rodea. Nuestro cuerpo está compuesto en un ochenta por cien de agua.

El agua fluye, y nos ayuda a fluir. Pero además, está demostrado que el agua cura. Y que retiene información vibracional. Por ello no es lo mismo el agua del grifo que el agua del manantial. Tampoco es igual el agua expuesta a palabras y pensamientos positivos que el agua expuesta a palabras y pensamientos negativos.

Así lo demostró el doctor japonés Masaru Emoto en sus experimentos sobre los mensajes del agua.

Por ello, para superar la tristeza, el tratamiento de rescate más recurrido en cualquier balneario del mundo es el tratamiento de agua en sus distintas modalidades.

Las grandes culturas de la humanidad conocían el hecho de que el agua cambia la energía y ayuda a "limpiar" las toxinas, incluso a transformar el dolor. De ahí la construcción de termas, acueductos y fuentes.

El doctor Masaru Emoto investigó y fotografió agua expuesta a distintas piezas musicales. El resultado de sus investigaciones es apasionante. Los cristales resultantes del agua expuesta a pensamientos y palabras o melodías musicales armoniosas y positivas son hermosos y están bien estructurados. Por el contrario, el agua expuesta a mensajes negativos produce formas caóticas.

El doctor creó un tipo de agua curativa a la que llamó agua hado. Con ella logró curar múltiples dolencias a miles de pacientes.

En lo que a la tristeza se refiere, el verbo limpiar puede cobrar una dimensión distinta. Lo leí hace años en El libro tibetano de la vida y la muerte.

Cuando limpies los platos, decía, piensa que estás, a la vez, limpiando tus heridas, o limpiando las heridas del mundo.

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