Ayer lunes 9 de abril se cumplieron cien años del nacimiento del arquitecto danés Jørn Utzon (1918-2008), autor de la Ópera de Sídney, que reivindicó en su obra la honestidad material y la integración en el paisaje, y puso en valor los recursos y materiales de la construcción tradicional en sus casas mallorquinas construidas en Can Lis en Porto Petro y Can Feliz en S´Horta de Felanitx.

Reconocido con el premio Pritzker (2003) y la medalla de oro del Colegio de Arquitectos de les Illes Balears (2004), el centenario de su nacimiento no es sólo un pretexto para reivindicar su legado, sino una oportunidad de profundizar en los valores de su obra caracterizada por la síntesis de talento tectónico y refinamiento plástico. La trayectoria del maestro danés se ha forjado sobre su fascinación por la experimentación constructiva y la integración paisajística en una arquitectura que condensa construcción vernácula y lirismo, obra rigurosa y contexto, y desarrolla un itinerario tenaz de obras y proyectos que ilustran su sensibilidad artística y audacia estructural que fluye desde sus amplias plataformas concebidas en los primeros años y construida en su obra maestra, la Ópera de Sídney, hasta la geometría lírica y estandarizada de sus últimas obras.

La influencia del mundo naval de su infancia que transcurre entre los astilleros de Aalborg y Helsingør donde su padre, ingeniero naval, fue su director, forjaron el itinerario del joven Utzon. Tras titularse en la Escuela de Arquitectura de la Real Academia de Bellas Artes de Copenhague en 1942 y trabajar brevemente en el estudio de Alvar Aalto en Helsinki, emprendió un largo viaje por Marruecos donde descubrió la construcción esencial vernácula y la sabiduría elemental de la arquitectura primitiva. Tras visitar a Mies van der Rohe y a Frank Lloyd Wright en su viaje a los Estados Unidos, descubre en su viaje a México en 1949, las plataformas construidas por los mayas en la península de Yucatán, en Uxmal o Chichen Itzá.

Con la ambición de relacionar la arquitectura en el medio, Utzon explora el potencial plástico de la plataforma a lo largo de toda su carrera. La gran plataforma que concibió en el proyecto para el concurso internacional de la Ópera de Sídney (1956-1973) con la que obtuvo el primer premio caracteriza la esencia de su exploración arquitectónica. La monumental construcción combina plataformas masivas con la abstracción formal de las dos series de grandes bóvedas que alojan el programa de los auditorios, materializadas como fragmentos de una única esfera y en cuya resolución geométrica colaboró en su estudio Rafael Moneo. Tras un cambio de gobierno y un largo proceso de desencuentros, Utzon fue apartado, en 1966, de la construcción de la Ópera de Sídney.

La estandarización y la precisión geométrica con la que se plantea la racionalización de la construcción de la Ópera de Sídney, a través del talento tectónico de Utzon, abren un nuevo período caracterizado por la prefabricación de la iglesia de Bagsværd (1968-1976) y la arquitectura aditiva de la década de los setenta con la Asamblea Nacional de Kuwait (1972-1984) y la producción estandarizada del sistema de construcción "espansiva".

En la escala doméstica, la reinterpretación de la casa patio tradicional caracterizará los paisajes domésticos construidos en la década de los cincuenta, con las agrupaciones de las casas patio Kingo y Fredensborg.

Después de residir varias décadas en sus refugios insulares en Mallorca, el talento poético de sus proyectos sigue siendo objeto de estudio y una constante influencia en la arquitectura española. Considerado como el exponente de la denominada "tercera generación" por Sigfried Giedion, su trayectoria tenaz y lírica reivindica el cometido social de la arquitectura y su obra ilustra tanto la intensa relación con la cultura constructiva y el contexto medioambiental como el entendimiento de la construcción como sistema abierto y flexible. La celebración de esta efeméride es una oportunidad para reivindicar su legado y rendirle tributo. Sus casas construidas en Mallorca forman parte del patrimonio moderno. Construida al borde de un acantilado, Can Lis (1968) es un recinto arcaico que mira al mar y Can Feliz (1994), la última casa del arquitecto en Mallorca, un amplio mirador en el valle de Calonge donde conjuga los preceptos universales de la modernidad con la tradición vernácula e histórica.

* Doctor arquitecto, autor de ´Jørn Utzon. Obras y proyectos´