Se ha escrito, no sé si con suficiente fundamento, que el PP quiere desactivar el auge de Ciudadanos por el procedimiento de pactar con el PSOE el nuevo sistema de financiación autonómica. Así se vería -se explica„ que los 'partidos viejos' son en realidad los más eficaces para conducir y modernizar el Estado. Es una estrategia inteligible, que puede dar o no resultados pero que el gobierno y el partido de Rajoy tienen que intentar.
Lo extraño es el planteamiento de fondo que se desprende de la noticia, que pone en boca del vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, que "ante la parálisis de la oposición, nosotros hemos propuesto un acuerdo" sobre financiación. El aserto es un tanto chusco, ya que los acuerdos de Estado, en un sistema parlamentario, se logran fundamentalmente así: el gobierno propone y los demás responden a la propuesta con contrapropuestas hasta la síntesis final. Este PP hace, como se ve, lo contrario: espera que las minorías tomen las iniciativas para sumarse o no a ellas. Curioso.
Según el PSOE, este partido no va a aceptar el pacto si el PP no pone más dinero sobre la mesa. Y es lógica la exigencia, ya que si el PP, que mantiene por razones ideológicas una presión fiscal muy baja, quiere el apoyo del centro izquierda, tendrá que avenirse a conseguir más recursos públicos. Pactar es ceder, por si alguien no lo recordaba.
