El titular, leído en este mismo periódico, impacta: "La venta de los coches diésel estará prohibida por ley en Balears en siete años". El Gobern presentó hace unos días el borrador de su Anteproyecto de Ley de Cambio Climático y, entre las muchas medidas que contempla, todo aquello relacionado con la movilidad ha sido lo que más ha calado en el ciudadano.

Se habla de fechas concretas de prohibición para los coches con motor diésel (2025) y de gasolina (2035). Y es llamativo que se decida penalizar una determinada tecnología, en lugar de, por ejemplo, fijar un techo de emisiones que los vehículos deban cumplir para entonces. Ese, en mi opinión, debe ser el papel de las diferentes administraciones: fijar un objetivo de emisiones. Y el de las empresas, como no puede ser de otra forma, cumplirlo estrictamente utilizando los medios a su alcance. No se debería señalar a una determinada tecnología colgándole un epíteto que no le corresponde. Porque si hablamos de cambio climático, es precisamente la tecnología diésel la que menos CO2 emite, y este es uno de los gases que influyen en el llamado efecto invernadero.

En este anteproyecto de Ley es llamativo que se dé luz verde para que todos los viejos coches puedan seguir circulando "durante su vida útil", siempre y cuando estén matriculados previamente a las fechas antes señaladas. Y daría igual tanto si lo estuviese en 1999 o en 2024; tuviese uno o 25 años. Un coche viejo, lo sabemos todos, tiene unas emisiones mucho mayores que uno nuevo. Como ejemplo, decir que un turismo matriculado hace diez años emite un 30% más de CO2, un 85% más de NOx y 99% más de partículas que uno nuevo.

Desde ANFAC hace tiempo que advertimos del deterioro del parque español de vehículos. En el caso concreto de Baleares, la antigüedad media es de 11,9 años, con un 12% del total de los coches que circulan con más de 20 años en sus carrocerías. No creemos que sea recomendable permitir que, un turismo con elevadas emisiones circule indefinidamente, por lo que deberían activarse políticas para sustituirlos por otros más respetuosos con el medio ambiente. Y esta petición no es sólo de ANFAC, los planes de calidad del aire de ciudades como Madrid o Barcelona, o el del Ministerio de Medio Ambiente, también contemplan actuaciones de este tipo.

Invertir en futuro

La industria europea del automóvil invierte al año en I+D, según los datos de la Comisión Europea, 50.000 millones de euros. Es el primer sector, y destacado, por su volumen de inversión. Y el resultado se ve en las carreteras, con coches cada día más respetuosos con el medio ambiente y seguros. En los próximos años se va a seguir avanzando en este sentido gracias a las inversiones de hoy. ¿Quién asegura, por ejemplo, que la tecnología diésel no pueda ser completamente limpia dentro de unos años? ¿Seguiría entonces en vigor la prohibición? Precisamente por esto, la Unión Europea, en la reciente presentación de su legislación sobre cambio climático, no ha impuesto cupos por tecnología. Porque ésta avanza y crea nuevas soluciones.

Apostarlo todo a la movilidad eléctrica es un tanto aventurado. En primer lugar, el número de puntos de recarga es hoy muy escaso. Se destinarán 10 millones de euros a la creación de nuevos lugares donde recargar las baterías de los vehículos, afirma el Govern. Pero, a día de hoy, todavía no está resuelta la figura del gestor de carga para facilitar la instalación uno de estos puntos de recarga para vehículos eléctricos. Además, y aunque la oferta de modelos es cada vez mayor y sus precios se van reduciendo, no puede asegurarse que un turismo con motor eléctrico dentro de siete años sea igual de accesible que uno con motor térmico equivalente en tamaño y prestaciones.

La presidenta Francina Armengol afirmó en la presentación del borrador del Anteproyecto de la futura Ley que con ella "se avanza al futuro y mira a largo plazo, planificando la sociedad que queremos en el horizonte de 2050, con medidas concretas y calendarizadas. La transición energética necesita tiempo, medios y la colaboración de todos y todas".

Completamente de acuerdo en que hay que planificar a largo plazo. Y desde ANFAC ofrecemos nuestra ayuda para que esta transición hacia un nuevo modelo de movilidad sea beneficiosa para todos. Para que, con las adecuadas políticas de movilidad e incentivos, Baleares se convierta en un ejemplo de "Green Islands". Manejemos con inteligencia esta transición y hagamos que sea rentable. Desde luego para el medio ambiente, pero también en empleos y en actividad económica. Y no hay que olvidar que el sector de la automoción en su conjunto ocupa a una buena parte de la población activa de España y de Baleares.

* Vicepresidente ejecutivo de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC)