Hace unos días del año pasado un periódico recogió unas declaraciones de Pablo Iglesias según las cuales los independentistas habían fracasado y mentido sobre la separación de Cataluña, pues habían prometido algo que era imposible. Lo dicho en la actualidad no se ha modificado tras las elecciones, pues los partidos independentistas no pueden asegurar a los catalanes su independencia. Esto viene a cuento por las cantidades de mentiras y engaños que se dan actualmente, como por ejemplo el afirmar el descenso de los parados, sin tener en cuenta que esto ocurre cuando se acercan las Navidades y que los empleos son por semanas y a veces por días. Es una verdad a medias.
Kant, en su obra ´Crítica de la razón pura´ dice que la mentira jamás, aun en el caso de que produzca la salvación de alguien, como si te preguntan si un individuo esta en la casa, sabiendo que lo quieren matar, no se puede decir que no, pues realmente en ese momento no se sabe si permanece en ella o no. Por tanto la mentira nunca se debe dar, según Kant, uno de los filósofos más importantes de su época. La mentira induce al engaño y el engaño es lo que socialmente no se puede consentir, en especial en la actividad política. Nuestros políticos deberían estudiar a Kant, pues de su estudio obtendrían una solidaridad y mejor convivencia en la sociedad, lo que no se da en la actualidad. No se puede afirmar que no existe un cambio climático en el mundo, para no tener un mayor gasto en la explotación de las industrias que polucionan constantemente el aire, pues tal afirmación llevará, a la larga, la destrucción del mundo.
No a la mentira. No al engaño.
