Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrebancs

Crecimiento económico y progreso social

La economía española, y concretamente la balear, se acelera, crece y crea empleo. Nuestro Producto Interior Bruto (PIB), después de años de retroceso, está recuperándose. Sin duda son buenas noticias, pero no son pocos los expertos que consideran que el cálculo del PIB (producción, recursos, renta) tiene sus limitaciones. Este indicador es muy útil para determinar qué variables son las adecuadas para el crecimiento macroeconómico pero no alcanza a determinar cómo y cuándo repercute en la red productiva "micro" y en los ciudadanos. Una mejora del PIB no implica automáticamente progreso social. Por tal razón la ONU incluye, entre otros parámetros, el Índice sobre Desarrollo Humano (IDH) y, a su vez, la UE elabora el Índice de Progreso Social (IPS), que se obtiene en base a tres dimensiones: 1) necesidades humanas básicas, 2) pilares del bienestar y 3) oportunidades reales. Abarca temas tales como acceso a la vivienda, a la educación (incluida la superior) o a la sanidad, la estabilidad laboral, la seguridad personal, los entornos medio ambientales, etcétera.

Refriéndose al conjunto de España, se mencionan los tres factores de este elevado crecimiento: la competitividad, el saneamiento del sector financiero y el fin de la inestabilidad política. Pero no se incluye ningún indicador referido a parámetros de progreso social y, además, se pasa por alto un detalle: una parte de la bonanza del crecimiento se ha debido al entorno favorable, viento de cola, de los índices macroeconómicos de nuestro entorno, incluida la compra masiva de deuda por parte del BCE y el bajo precio del petróleo€ Pero el modelo productivo, ¿es competitivo? Seguimos expulsando todo lo que huela a I+D+I, el saneamiento financiero nos ha costado más de 40.000 millones sin retorno, la inestabilidad política sigue coleando con un PP en minoría y una corrupción galopante que dificulta o impide llegar a acuerdos, sin pasar por alto el mal llamado "problema catalán" con sus consecuencias políticas, económicas y sociales que no afectan sólo a Cataluña.

Aterricemos en nuestra comunidad. A pesar de ser líderes en actividad turística, estamos ubicados entre las autonomías con menor crecimiento en progreso social Los expertos lo atribuyen a la precarización laboral y la desigual distribución de la riqueza, y así lo expresó el secretario general de la OCDE. No pretendo ser ave de mal agüero, pero a pesar de positivas iniciativas como la mejora de producto y la prolongación de la temporada, seguimos anclados en la estacionalidad sin propiciar otras actividades productivas con menos carga estacional. Y aunque se perciben síntomas de cierta mejora el desempleo está vivo y coleando.

Según la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) de 2016, que debería ser analizada con la máxima atención por parte del gobierno y de los agentes económicos y sociales, el umbral de riesgo de pobreza se sitúa en unos ingresos anuales de 8.011 euros en hogares de una persona y de 16.823 euros para hogares de dos personas adultas y dos menores. A partir de este indicador se describen las siguientes situaciones en nuestra comunidad: 1. El 15,5% de la población (o el 19,1% según el indicador Arope que incorpora elementos de calidad en el empleo ) está en riesgo de pobreza, es decir, tienen unos ingresos que no alcanzan el umbral de riesgo de pobreza. 2. El 14,1% y el 13,4% de hogares tienen, respectivamente, muchas dificultades y bastantes dificultades para llegar a fin de mes. 3. El 7,1% de hogares no pueden permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada (es decir, sufren pobreza energética). 4. El 28,6% de hogares no tienen capacidad para afrontar gastos imprevistos (ni siquiera las derivadas, por ejemplo, de una enfermedad). 5. El 12,1% de hogares han tenido problemas en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal (hipoteca, alquiler, etc). 6. El 38,9% no puede permitirse ir de vacaciones ni una semana al año. 7. Casi el 1% no puede comer carne, pollo o pescado al menos cada dos días.Las cifras expuestas proceden de un organismo público, el Instituto Nacional de Estadística (ine).

Es muy probable que algunos me califiquen de pesimista, e incluso como derrotista. No es esta mi intención, pero los hechos son los hechos. A nuestro favor, a pesar de los pesares, mejoran las prestaciones salariales (convenios de Hostelería, Comercio) y comienzan a vislumbrarse la posibilidad de creación de actividades económicas de mayor valor añadido y mejor cualificación profesional, el Govern destina recursos y gestión en el desarrollo de políticas activas de empleo€ Pero sigue habiendo asignaturas pendientes.

Compartir el artículo

stats