Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

Los niños de WhatsApp

Tengo unos tres mil contactos de WhatsApp. Esta cifra implica que mi teléfono, inteligente a pesar de su dueño, almacena las fotografías de un mínimo de cinco mil niños entre los cero y los diez años de edad. Supongo que a partir de esta edad ya son lo suficientemente avispados para demandar a los progenitores por vulnerar su derecho a la imagen. Los chicuelos constan en mis archivos en las poses y vestimentas más variopintas, desde luego sin ninguna limitación por pixelado. Responden al exhibicionismo latente de quien los ha colocado. Sin embargo, no me he acercado hasta aquí para ilustrar sobre psicología, sino para preocuparme de que un fiscal suspicaz examine el álbum de fotos infantiles en que mis contactados han convertido un artefacto mayormente de trabajo.

Este exhibicionismo procaz contrasta con la protección histérica de los menores. Los mismos adultos que conminan a sus retoños a evitar el mínimo trato con un desconocido, a continuación los inscriben en agendas telefónicas, y los erigen en cancerberos de las puertas de su intimidad. El argumento de que la mayoría de los zagales poseen mejor aspecto que sus padres resulta poderoso, pero insuficiente para propagar imágenes que pueden ser desviadas hacia redes de dudosa moralidad.

Cada vez que escribo a uno de mis contactos con niños en su foto de la mensajería instantánea, o sea, cada vez que escribo a alguien, me asalta el complejo de que estoy recibiendo un exceso de información no solicitada. Me gustaría prescindir de esta reivindicación tribal, aunque la comprendo en las 219 mujeres convertidas en propagandistas de lo bien que les van las cosas sin mí. Suerte que la crisis ha exterminado a las familias con más de dos hijos. De lo contrario, el circulito parecería la asistencia a un mitin de Kim Jong Un. En un par de décadas, las novelas empezarán con un retrato del personaje que se lamenta "de que mis padres empezaron por utilizarme como reclamo en su perfil de WhatsApp, y a partir de ahí todo rodó cuesta abajo". No los retire por mí, hágalo por ellos.

Compartir el artículo

stats