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Antonio Tarabini

Entrebancs

Antonio Tarabini

Los ciudadanos opinan, ¿poner limite al turismo?

Coincidiendo con la convocatoria de la manifestación "Fins aquí hem arribat. Aturem la massificació turistica", la Fundació Gadeso ha realizado su encuesta anual referida a conocer y evaluar la opinión de los ciudadanos acerca de la denominada "saturación turística". Sus resultados, a los que se puede acceder en gadeso.org, se han publicado en Quaderns Gadeso (323, septiembre 2017) y son complementarios a la realizada el año pasado (QG 304 setiembre 2016).

"Un 70% considera que hemos recibido (muchos) más turistas" en esta temporada alta, las principales causas son: "Los conflictos en destinos competitivos" y "una visión empresarial cortoplacista". Siguiendo el relato un 67% (ha aumentado tres puntos respecto a 2016) considera que deben ponerse límites a la llegada de turistas en temporada alta, por la percepción creciente de índices de masificación en determinadas playas y sus accesos, en la red de carreteras (incluidas las secundarias), en la saturación en los servicios públicos como transporte y sanidad, y en el consumo insostenible de nuestros recursos como el agua y la energía eléctrica. Esta opinión es más relevante en Menorca, seguida de Formentera y Mallorca, y a distancia en Eivissa. Tal percepción también se refleja entre los turistas, principalmente en los meses de julio/agosto. El malestar (especialmente en el turismo familiar) es creciente por el denominado "turismo de borrachera", y ya comienzan a percibir síntomas de masificación en determinados puntos de interés turístico (vgr. el centro histórico de Palma) especialmente entre los repetidores. Por el contrario, un 33% de los encuestados considera que no deben ponerse límites porque "el número creciente de turistas es una situación coyuntural que el mercado irá regulando", y en todo caso lo que "es necesario es adaptar nuestra oferta, principalmente más y mejores infraestructuras".

Esta percepción mayoritaria, ocupada y preocupada por un aumento desordenado del número de turistas durante la temporada alta, no puede ni debe calificarse como "turismofobia". Tal como se refleja en QG (320, julio 2017) el ciudadano no está en contra del turismo, pero sí considera que es imprescindible un cambio del modelo turístico vigente. Las principales razones son: "No podemos asumir el número actual (y en aumento) de turistas" y "se ha demostrado que más turistas no significa ni más riqueza ni más bienestar". En consecuencia, además de aplicar medidas eficaces para erradicar el "turismo de borrachera", es imprescindible diversificar nuestra actividad productiva. En primer lugar propiciando un cambio en el modelo turístico vigente que no suponga una mayor carga sobre el territorio y nuestros recursos, que posibilite y fundamente un empleo estable y de mayor cualificación. Lo que supone, entre otros imputs, gestionar de modo eficaz los flujos en temporada alta, desestacionalizar, mejorar la diversidad y calidad de nuestros productos turísticos, regular (no necesariamente prohibir) el alquiler turístico€ Pero también, aunque no resulte una tarea fácil, es imprescindible buscar, encontrar e implantar, nuevas actividades no relacionadas directamente con el turismo convencional, de carácter no estacional y con valor añadido. Algunas iniciativas positivas, haberlas haylas.

En referencia al impuesto turístico, en anteriores sondeos un 78% estaban a favor frente a un 22% en contra. Pero tales índices cambian debido al anunciado aumento del Impuesto. Pero, a pesar de haber disminuido nueve puntos, un 69% sigue favorable incluyendo ciertas matizaciones: el impuesto no debería aplicarse sólo a los establecimientos hoteleros, el aumento sólo debería aplicarse en la temporada alta, y deberían clarificarse los criterios de aplicación de los recursos obtenidos. Un 31% están en contra de la ecotasa y del aumento: "nos resta competitividad", "es simplemente un impuesto para hacer caja".

En referencia a la gestión turística del Govern un 35% (QG 320, julio 2017) la considera buena, un 30% regular y un 20% mala. Y un 37% considera que la gestión actual es mejor que la del Govern del PP, un 34% igual, y un 17% peor. No voy a ser yo el que defienda a ultranza la gestión turística del Govern, pero tampoco voy a ubicarme entre los que rechazan a ultranza su quehacer. Me sitúo entre aquellos que "consideramos que los enemigos reales del turismo son aquellos que propician un crecimiento sin límites de la actividad turística, sin inquietarles lo más mínimo que ésta sea sostenible (o no). A estos siempre les quedará Costa Rica, Bali, Marruecos€ o París".

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