Gaspar Llamazares, antiguo coordinador general de Izquierda Unida, y el juez Baltasar Garzón, han sido los portavoces principales del lanzamiento de Actúa, "un espacio de reflexión, debate cívico e intervención política con vocación de servir de punto de encuentro para las diversas fuerzas progresistas y de izquierdas y el objetivo de promover y facilitar futuras alianzas electorales y propuestas unitarias que permitan los cambios radicales que exigen las excepcionales circunstancias que vivimos". El escepticismo con que algunos hemos contemplado este alumbramiento se agrava cuando se conoce la amenaza de que esta organización podría convertirse en partido político. De hecho, "Público", periódico digital progresista, titula de este modo: " Llamazares y Baltasar Garzón inscriben su partido Actúa".
La iniciativa no es una ocurrencia de los dos primeros firmantes sino que embarca a notabilísimas personalidades de la izquierda. La suscriben, entre otros, Cristina Almeida, Federico Mayor, José A. Martín Pallín, Almudena Grandes, Luis García Montero, Antonio Gutiérrez? Y en su "manifiesto", una declaración de intenciones, el nacimiento se justifica en el hecho de que las fuerzas de izquierda no hayan descabalgado del poder a la derecha por razones que obedecen a intereses partidistas.
Nada hay que objetar a una iniciativa sin duda bien intencionada. Sin embargo, habría que preguntarse si no tendría más sentido que estas personas ocuparan sus energías en influir desde dentro en los partidos ya constituidos, que son los principales cauces constitucionales de participación, en lugar de realizar sus constantes juegos florales desde la periferia de la política, donde se habla mucho y se influye realmente poco.
