Cuando en 2015 se produjo el cambio de gobierno en Balears, los propietarios de viviendas vacacionales, y Aptur-Balears en concreto, nos sentimos esperanzados. Los partidos que formaban parte del nuevo gobierno se habían comprometido a cambiar la regulación del alquiler vacacional que, con la ley de José Ramón Bauzá, impedía el alquiler turístico en viviendas plurifamiliares. Hasta hoy estas viviendas se han alquilado a través de la Ley de Arrendamientos Urbanos, pero la ley Bauzá incluía la posibilidad de sancionar a aquellos plurifamiliares que se anunciaban a través de canales de comercialización turística. La ley no definía qué era un canal de comercialización turística, con lo cual se producía una inseguridad jurídica que no beneficiaba a nadie. Los partidos que ahora integran el gobierno se comprometieron en su campaña electoral a revertir esta situación.

Sin embargo, la decepción ha llegado cuando la conselleria de Turismo, liderada por Biel Barceló, ha dado a luz una ley amorfa, elaborada sin tener en cuenta la opinión del sector y las historias personales que hay detrás del alquiler vacacional. Esta ley desastrosa tiene, en nuestra opinión, varios responsables. En primer lugar, el conseller de Turismo, que ha llevado al Parlament una ley pésimamente redactada y sin pactar con el resto de fuerzas políticas que pudieran sacarla adelante con coherencia. Tanto que, incluso él mismo, la califica como "un Frankenstein". En eso estamos de acuerdo.

En segundo lugar, Podemos que, con su irresponsabilidad, ha votado en contra de un artículo, el 49, que abría la puerta al alquiler en plurifamiliares pero, simultáneamente, votaba a favor de los artículos 50 y 52, entre otros, que podrían ser una puerta de entrada para este tipo de viviendas, transformando una mala ley en una ley directamente inviable. Es decir, votan una cosa y la contraria. Su idea de que los plurifamiliares puedan ser alquilados sólo sesenta días al año, únicamente en el caso de que se trate de la vivienda habitual del propietario, nos parece totalmente insuficiente y ridícula.

También es responsable el PSIB, que consiente que todo este caos se propague en el Govern sin poner orden. Esperando a ver cómo se equivocan los demás, quién sabe si para después ponerse la medalla de salvar el asunto, cuando ya parezca que no hay nada que hacer.

Los partidos de la oposición que han dicho defender los plurifamiliares y, en la práctica, han votado en contra, también son culpables. Tan sólo El Pi ha mostrado sensibilidad hacia el sector del alquiler vacacional.

Los ganadores, como siempre, son los grandes hoteleros: este ha sido uno de sus mayores triunfos en las últimas décadas. Lo que se debatía era un cambio de modelo que permitiera una democratización de los beneficios del turismo, que hasta ahora sólo habían llegado al sector hotelero, y tan sólo a algunas zonas de Balears. Sin duda, en la Federación Hotelera de Mallorca se celebró el resultado de la votación en el Parlament por todo lo alto.

A día de hoy ni la propia Conselleria sabe si el viejo artículo 49 es compatible con los artículos 50 y 52, entre otros. No saben decir si la nueva ley permite el alquiler en plurifamiliares o no. Pedimos la convocatoria de una Mesa para un pacto de Estado sobre alquiler vacacional, en la que participen Aptur-Balears, PSIB, Més, PP, El Pi i Ciutadans, para solucionar este despropósito. Pedimos al PP que cambie su política sobre el alquiler turístico en plurifamiliares y se avenga a pactar una solución. Que no seamos los pequeños propietarios que, de manera legítima, nos dedicamos al alquiler vacacional, los que asumamos las culpas del acceso la vivienda, de la saturación y de todo aquello de lo que quieran acusarnos. Les pedimos valor para poner límites a los verdaderos culpables de todos estos problemas que, en ningún caso, somos nosotros. Póngase, de una vez por todas, manos a la obra.

*Presidente de Asociación de Apartamentos y Viviendas de Alquiler de Temporada de Balears (Aptur)