Vivimos en un entorno en el que el funcionamiento del sistema educativo está sujeto a un creciente descrédito. Es una necesidad urgente la de encontrar otro modelo que sirva de referente para el modelo educativo en España, que actualmente se mueve en las aguas turbulentas de la metodología constructivista.

Lo que se entiende por "nueva escuela" es la corriente que engloba prácticas y metodologías de dudosa evidencia y resultados, con el consiguiente oportunismo ideológico que nutre prácticas de configuración de las opiniones de los alumnos. Algo que sin duda se aleja del auténtico proceder de un enseñante comprometido con la verdad y la capacidad de realización de sus estudiantes.

Abrir la puerta a las evaluaciones externas sería una gran oportunidad para asegurarse de que el docente tiene un camino propio, exento, libre de ajustes perniciosos para el bienestar de los estudiantes.

Una evaluación uniforme para el Estado, de tipo externo y censal, sería una posibilidad inmejorable de, no sólo evaluar la práctica y teoría de los conocimientos adquiridos, sino también de alcanzar el máximo potencial de un sistema que, con pequeños ajustes, podría marcar una tendencia de futuro y apertura de oportunidades de los alumnos, tal y como se deduce del compromiso social que todo docente tiene a bien aceptar.

De momento, los datos acerca de los resultados de las pruebas de selectividad están disponibles exclusivamente para los profesores de centros de propia pertenencia.

La información, a pesar de que no proceda de datos censales y sean resultados que provienen de pruebas diferentes en cada Comunidad Autónoma, sería de gran utilidad, puesto que, tomando como base los resultados, se podría comparar el índice de credibilidad de las notas obtenidas durante la escolarización. A pesar de que la selectividad nos sirva de ejemplo imperfecto, si el acceso a esta información fuera de libre acceso entre los centros, el docente tendría plena capacidad para decidir la nota final, ajustada a la clara realidad y no a micropolíticas internas de maquillaje de resultados, algo que desgraciadamente sucede debido a la mal entendida, y todavía peor aplicada, autonomía educativa.

Una buena opción, sería la de facilitar que, a través del programa de gestión de notas, se pudieran consultar los resultados de cualquier otro centro, con un solo click, preservando la identidad del alumnado. No habría lugar a desviación de resultados, ni a interpretaciones de naturaleza pseudoeducativa.

Un centro que funciona aporta buenos resultados, aunque aplique en menor o mayor grado prácticas de la nueva escuela. El que no aporta nada se desvía de la senda adecuada, buscando fórmulas de adoctrinamiento que excusan la carencia y que alejan el propósito auténtico de la escuela.

Con un solo click se podría, no sólo valorar los resultados de los centros, sino compartir prácticas que permitan crear una red de conocimiento inter centros.

Conseguir este propósito abriría puertas, nos permitiría pasar la frontera, de lo que hoy por hoy se manifiesta como un tema tabú: el de las evaluaciones externas como vía de mejora de los resultados.

* Miembro de la Junta Directiva de la asociación de profesores PLIS. Educación, por favor.