Tal como estaba previsto, la moción de censura planteada por Podemos contra el gobierno de Mariano Rajoy no prosperó: la formación antiausteridad apenas logró el aval de los suyos, ERC y Bildu, para alcanzar 82 votos a favor, por 170 en contra (del PP y sus socios de Cs y CC) y 97 abstenciones (mayoritariamente, procedentes del PSOE). Pero, ¿significa eso que el mapa político español queda como está? Sí, pero con incógnitas interesantes, en el horizonte. Aunque el presidente del Gobierno ha logrado superar el envite planteado por las huestes de Pablo Iglesias, el desgaste causado por los casos de corrupción que asolan a su formación empieza a ser notable y no logra ser compensado por la buena marcha de la economía (por tercer año consecutivo, el país crecerá en tasas cercanas al 3%).
Por otra parte (y a diferencia de lo que habría sucedido, si las primarias del PSOE las hubiera ganado la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz), se atisban posibilidades futuras de entendimiento entre los socialistas de Pedro Sánchez (gran ausente durante la moción, al no ser diputado) y Podemos, que ahora sí estarían dispuestos a apoyar una moción de censura de los socialistas€ moción que también mostraría números insuficientes para prosperar. ¿Por qué? Pues porque serían necesarios los votos de los 17 diputados independentistas catalanes. Y en ese punto habrá que saber qué sucede el próximo 1 de octubre (y días posteriores), fecha en la que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, pretende celebrar un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Según lo que pase, las posibilidades de una mayoría alternativa a la actual podrían abrirse paso en España. O no, como apostillaría el presidente del Gobierno.
