Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Matías Vallés

Franco vive en Palma

Me cuesta tomar decisiones. Hasta ayer no tuve claro si sa Feixina era un mamotreto, que no monumento, fascista. Entidades hermanadas como el Obispado y Arca, por no hablar de apóstoles de la protección del patrimonio como el Colegio de Aparejadores, han disipado mis dudas de mal creyente. Franco vive en Palma, la preservación de las piedras inauguradas por el Caudillísimo a mayor gloria del Caudillísimo suponen un homenaje al franquismo como no se recordaba desde mediados del pasado siglo. Han vuelto a ganar la Guerra Civil, enhorabuena y por favor no nos dejen muy magullados.

Franco necesitaba un altar a la altura del mausoleo que le están brindando instituciones como el Consell de Mallorca de PSOE/Més/Podemos y el Ayuntamiento de PSOE/Més Podemos. Las dos instituciones que más han hecho por la destrucción de la isla y de su capital, a lomos de sus respectivas comisiones de patrimonio y de urbanismo, garantizan ahora que el franquismo ocupe un vértice de la ciudad con un monumento fálico de indudable erotismo.

Mientras los beatos de Més se reúnen en homenajes a los fusilados republicanos, son arrinconados de nuevo en las cunetas con su papanatismo a cuestas. La comisión de Patrimonio del Consell está presidida por una ecosoberanista, la institución está a cargo de un Ensenyat más próximo al PP que a Ciudadanos. En cuanto a Cort, no plantees batallas que no puedes ganar. Y sobre todo, no plantees batallas que no quieres ganar. La protección del Consell Inmobiliario de Mallorca solo significa que todos los perros de Palma pueden congregarse a gusto en torno al falo gigantesco, para orinar o para sus artes mayores, como hacen en el resto de la ciudad. Los comisionados no han precisado si salvan el adefesio porque es franquista, o si solo quieren indicar que el franquismo tenía cosas buenas, incluso de un gusto excelente. Después de la boba descontextualización, sa Feixina recupera su esplendor fascista. La izquierda no tiene valor ni para ensartarle un monumental preservativo.

Compartir el artículo

stats