Diario de Mallorca

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Fernando Alonso necesita urgentemente un Seat Toledo, un Skoda Octavia o, no sé, un Dacia Sandero. Por lo menos, que acabe las carreras. Algunos de estos coches, según mi taxista de referencia, han hecho 500.000 quilómetros sin perder la compostura. Además, corren lo suyo, más de 200 por hora, según el relojito del cuadro de mandos. A veces, la solución se encuentra ahí al lado, en el concesionario de automóviles de la esquina, y no somos capaces de verla ofuscados como estamos por la alta gama. Nos desespera ver al asturiano bajarse del bólido en mitad de la carrera y frente a competidores que no le llegan al tobillo. Denle a ese hombre un coche normal, de cinco o seis velocidades y freno de mano, que tenga un mantenimiento barato y ya verán lo que hace con él.

Resulta curioso que mucha gente no siguiera a Alonso cuando ganaba y le siga ahora que no hace otra cosa que perder. Yo soy uno de ellos, pero me lo he analizado. En el diván. Y no es porque me gusten los ídolos caídos, sino por puro amor a los héroes inversos. Un héroe inverso es el que lleva su desgracia con buen talante, incluso con sentido del humor. Un héroe inverso es el que duerme la siesta. Así empieza, por cierto, La regenta: "La heroica ciudad dormía la siesta". Siempre hablo, en los talleres de escritura, de este genial comienzo que podría aplicarse ahora a nuestro corredor de Fórmula 1: "El bicampeón mundial dormía la siesta". Cuando era bicampeón no podía permitirse ese lujo, nos habría decepcionado. Pero una vez instalado en el revés del éxito, puede dar una cabezada después de comer sin provocar desasosiego.

-A usted -apunta mi psicoanalista- le gusta la derrota porque se siente derrotado.

-¿Derrotado por quién? -pregunto.

-Por la vida.

Bueno, no es lo mismo ser derrotado por la vida que por un coche. Tiene más grandeza la vida, creo yo. Por eso no duermo la siesta. Me decepcionaría a mí mismo. Ni la siesta ni nada, porque tengo insomnio, como corresponde a alguien derrotado por la vida. Ahora bien, yo, en las circunstancias de Fernando Alonso, me hacía con un Seat Toledo o con un Skoda Octavia, y a correr.

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