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Eduardo Jordà

Libertad de expresión

En España mucha gente dice estar a favor de la libertad de expresión, sí, salvo que la libertad de expresión de otras personas...

En España mucha gente dice estar a favor de la libertad de expresión, sí, salvo que la libertad de expresión de otras personas no coincida exactamente con lo que esa gente piensa, porque entonces lo que era libertad de expresión se convierte automáticamente en un feo gesto de amenazas o de desacato o de incitación al odio. Basta ver el caso del autobús naranja de Hazte Oír o el de las letras incendiarias -por decirlo suavemente- del rapero Valtonyc. ¿Cuántos de los que defienden el derecho de Valtonyc a fusilar al cabrón del rey (cito textualmente) defenderían también el derecho de los ultraderechistas de Hazte Oír a difundir sus lemas homófobos? Y al revés, ¿cuántos de los que defienden la libertad de expresión de Hazte Oír se la aplicarían también al rapero de Sineu? La respuesta, por desgracia, es muy fácil de adivinar. Pero lo curioso es que yo creo -y ojalá no me equivoque- que la mayoría de la población de este país no piensa para nada ni como los ultraderechistas de Hazte Oír ni como los raperos que están muy enfadados con el mundo porque les ha tocado vivir -seamos sinceros- en una sucursal del infierno en la tierra. Como todo el mundo sabe, Sineu es un lugar tan terrorífico como los peores barrios de Manila o de Ciudad de México. Comprendo que el pobre Valtonyc no se haya repuesto nunca de ese trauma. Y encima, uno imagina las terribles vejaciones que ha sufrido a manos de curas retrógrados, profesores fascistas, vecinos desagradecidos, fachas que le obligaban a cantar "pajaritos por aquí, pajaritos por allá" mientras le apuntaban con un Kalashnikov. En fin, esas cosas.

Pero aun así, deberíamos aceptar que tanto el autobús naranja como el rapero Valtonyc tienen derecho a expresar lo que quieran -por muy hirientes que sean sus frases y por muy incitadoras al odio que puedan parecer-, y lo digo sin compartir ni una sola idea de Valtonyc ni tampoco de los ultras de Hazte Oír. Condenar a Voltonyc a tres años y medio de cárcel es desproporcionado y se debería cambiar la ley que permite eso, aunque también me pregunto qué le hubiera pasado a Valtonyc en Cuba si llega a pedir el fusilamiento de Fidel Castro en un rap, o incluso en Francia o Alemania -o en cualquier otro país del mundo-, donde hay leyes muy severas contra quienes injurian o amenazan al jefe del Estado. Pero aun así, repito, no estoy de acuerdo con su condena y defiendo el derecho de Valtonyc a creer que vive en una terrible dictadura terrorista. Allá él si quiere amargarse la vida de esta manera. La última vez que estuve en Sineu, por cierto, me pareció uno de los lugares más pacíficos y agradables que he visto en mi vida. Pero puedo estar equivocado y quizá aquello sea una especie de Ciudad Juárez donde unos cuantos policías corruptos, aliados con el cacique local, se dedican a violar y a matar a las chicas que salen del trabajo y a torturar a los emigrantes ilegales en un sótano. Cualquiera sabe en estos tiempos que corren.

Mucha gente ha salido en defensa de Valtonyc, y me alegro, pero me pregunto qué pasaría si alguien dijera en una canción que hay que fusilar a Artur Mas o a cualquier otro líder independentista. O qué pasaría si alguien saliera cantando que hay que exterminar a todos los homosexuales (cosa que sí predican los islamistas del DAESH, que también incitan al asesinato y al exterminio de quienes no piensan como ellos). ¿Estaríamos dispuestos a aceptarlo como un derecho inalienable de la libertad de expresión? ¿O pediríamos una condena para esa persona que grita pidiendo la muerte de otro? Lo que dice Valtonyc en sus raps no da nada de miedo porque sabemos, al menos de momento, que nadie se va a tomar en serio sus amenazas y va a empezar a matar gente. Pero si lo mismo que dice él lo dijera un islamista relacionado con el DAESH, ¿entonces qué tendríamos que decir todos los que ahora defendemos su derecho a expresarse como le dé la gana?

En contra de la opinión de Valtonyc, y en contra de la opinión de los carcas de Hazte Oír, España es un lugar bastante civilizado en el que se aplican unas leyes razonables. Es cierto que la justicia es muy lenta y que las leyes son excesivamente favorables para los casos flagrantes de corrupción, pero las leyes se pueden cambiar en el Parlamento si hay partidos que sean capaces de ponerse de acuerdo para hacerlo. Nada impide cambiar las leyes para hacerlas más justas, nada impide mejorarlas y hacerlas más efectivas. Pero no sé si las leyes le importan mucho a alguien que prefiere incitar a matar a la gente que no le cae bien.

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