Han tenido que pasar casi tres años para que, después de la aprobación de la ley de transporte terrestre y movilidad sostenible, viera la luz el primer borrador del denominado "Plan insular de transporte regular de viajeros por carretera de Mallorca".

Este plan insular debe desarrollar, desde el ordenamiento, la mejora del transporte regular por carretera bajo la perspectiva, en todo momento, de servicio público -esto es, en interés de la ciudadanía en su conjunto- y con los objetivos de corregir los déficits existentes y priorizar los criterios de movilidad sostenible.

Configurar el transporte regular como servicio público es, sin duda alguna, ponerlo a favor de los ciudadanos que vivimos en la isla, y de los turistas que nos visitan, con la finalidad de alcanzar un beneficio común. En este sentido, la creación de nuevas líneas de transporte público regular interurbano que conecten diversos centros, como el puerto y el aeropuerto, con ciudades como Inca, Manacor, u otros núcleos turísticos, debe ser entendida a modo de un avance significativo en la calidad de un servicio estratégico de nuestra economía.

El interés de todos debe primar por encima de los particulares, esta es una norma de buen gobierno. Y más cuando los beneficios y las potenciales pérdidas no deben suponer alteraciones significativas en aquellos que puedan afectar. Dicho de otro modo, y para el caso que nos concierne, de los actuales métodos de transporte -el discrecional que puede venir incluido en paquete turístico; el urbano que en nuestro caso compete a la Empresa Municipal de Transportes de Palma; los vehículos de alquiler; y el servicio de taxi- no sufrirían impactos importantes en su cuenta de resultados.

Desde CC OO pensamos que a cada transporte se le corresponde con una tipología concreta de cliente; y que la competencia que puede haber entre los diferentes medios no será tanta como para ser tenida en consideración. En cambio, el efecto que puede ejercer la ampliación del transporte regular sobre visitantes y, no lo olvidemos, sobre trabajadores y trabajadores será, por diferentes razones, muy positivo, como muestra de ejemplo: se ganara tiempo en los desplazamientos; se abaratará el servicio; se evitará el aumento de vehículos que circulen por nuestras carreteras y, por consiguiente, también el de emisiones de CO2.

? Por lo anterior, no entendemos el posicionamiento de colectivos como el del taxi que exige con dureza -amenazando incluso con tomar acciones contundentes- que no se incrementen las líneas de transporte regular interurbano, pues esto, a nuestro entender, no les puede suponer unas pérdidas económicas significativas.

Un buen plan de transporte en nuestra isla, en particular, y en el conjunto de Balears debe contribuir - desde la reivindicación y el ejemplo- a la creación de unos servicios públicos de calidad y medioambientalmente sostenibles. Esta es una de las apuestas necesarias, entre otras, para optar a ser un referente como modelo turístico en todo el mediterráneo, y porque no decirlo, a nivel mundial.

*Secretario general de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CC OO - Illes Balears