Donald Trump interrumpió un mitin en California durante la campaña, para señalar a un hombre negro entre la multitud. "Oh, mirad a mi afroamericano". El aludido se sintió orgulloso por la mención, y no advirtió ningún matiz racista en el posesivo. Los actores españoles se consideran los negros de la sociedad, y el domingo aprovecharán la ceremonia de los goyas para denunciar su marginación. Íñigo Errejón ha contrapesado este apartamiento, incrustando a un cómico en su lista para liderar Podemos. Aunque Pepe Viyuela figura en la última posición de la candidatura, su impacto ha aplastado a un catedrático de Constitucional o al magistrado Juan Pedro Yllanes, número tres.
Mi criterio artístico es muy claro. Si Viyuela está en la pantalla, no me encuentro entre el público. Reconozco que tiene dos carreras y cuatro libros más que el español medio, pero Adolfo Marsillach decretaba que un actor ha de ser un poco tonto, para incorporar personalidades ajenas sin contaminarlas con su personalidad. El fichaje de Errejón pertenece a la estirpe de los intérpretes que se esfuerzan demasiado, una herencia de su formación de clown. Tal vez el astuto politólogo ha querido efectuar un guiño al payaso italiano Beppe Grillo, que ha dinamitado las convenciones de la política transalpina con Cinco Estrellas.
Al igual que sucede con Trump, se ignora si Errejón necesitaba a este actor o a un actor cualquiera. Es decir, si el intérprete de Mortadelo y Filemón cubre la cuota artística indispensable en una lista emergente, o si el candidato a encabezar Podemos se identifica personalmente con películas como la citada. También aquí se diferenciaría de su enemigo, un Pablo Iglesias más proclive a galanes canallas. La opción favorecida por Errejón con la incorporación de "mi actor" es un partido de corte familiar, que evite el humor grueso y las salidas de tono irreparables. La corriente arranca con el Un, dos, tres donde Viyuela debutó, y desemboca en la aceptación unánime de las doce campanadas de fin de año, que el cómico presentó para Tele Cinco. Seguiremos la evolución del espectáculo en el informativo del Gran Wyoming, sin duda el payaso más votado de España.
