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Llorenç Riera

Exagerado empeño en mantener el cargo

Resulta asombrosa la cantidad de maniobras que puede llegar a poner en funcionamiento un determinado cargo público de signo político cuando se empeña en mantener la plaza que ocupa contra viento y marea.

A Xelo Huertas se la veía venir, se adivinaba el sentido de sus pasos que, efectivamente, han llegado al lugar supuesto, el bloqueo y dilatación, mediante todas las formas posibles, de su permanencia en el cargo de presidenta del Parlament, una vez que se ha consumado su expulsión de Podemos.

En principio, la Mesa de la Cámara debe aplicar hoy el artículo 39C del Reglamento que impide mantener la presidencia a quien se ha quedado sin grupo parlamentario. Es el caso de Xelo Huertas. Sin embargo, como se presumía, registró ayer a última hora un escrito por el que solicita, tanto el juez como a la Mesa, que adopten medidas cautelares capaces de asegurarle el cargo hasta que se resuelva la demanda que la protagonista tiene presentada contra Podemos.

Hoy amanece por tanto un día clave. El Parlament mantiene en principio la previsión de relevar a Huertas y hasta maneja la fecha del 7 de febrero para designar a su sustituto, pero todo sigue siendo muy relativo, tanto por los problemas internos de Podemos, las suspicacias que están creciendo en el seno del Pacto y hasta el plantel de dudas legales que está alimentando el PP desde la oposición con la finalidad de correr la estabilidad de sus adversarios políticos.

Todo se ha complicado en exceso porque el pequeño mundo de los políticos, en general, no se expande más allá de sus propios intereses y conveniencias políticas. El motivo real de preocupación radica en este punto porque tal comportamiento les distancia, todavía más, de la ciudadanía y rebaja los esfuerzos que la clase política está obligada a dedicar a la colectividad.

La situación de Xelo Huertas no resulta complicada en su propia naturaleza, la han complicado sus protagonistas y en especial ella misma. Tampoco se vislumbran alternativas claras. Marta Maicas, una de las componentes de Podemos candidata a reemplazarla, figura entre los imputados por la presunta suplantación de la firma de Montse Seijas y por tanto queda descartada.

Laura Camargo vuelve a reclamar "altura de miras" y reivindica la seriedad y responsabilidad de su formación. Es el punto de vista que utiliza para hacer ver a Huertas que el cargo es de Podemos. En este contexto, crece la desconfianza de PSOE y Més que no ven las cosas nada claras para dar estabilidad a la presidencia del Parlament y evitar "espectáculos" como el que ahora se está prorrogando. Hablamos de la segundo autoridad de Balears.

Digámoslo de otra forma: el Parlament no está a la altura de su propia identidad ni de las funciones que le son propias. De sobras tiene con capear el temporal de la inestabilidad.

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