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Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

El minuto de la vergüenza

Si ayer se registró un asesinato machista en Palma, hoy toca minuto de silencio. Las autoridades se engalanan, porque van a acaparar las portadas sin necesidad de pronunciar palabra. Su conmovedor recogimiento es una de las mayores muestras de hipocresía de la vida contemporánea. Se hacen publicidad gratuita, cuando se niegan a resolver las cuestiones más elementales en la gestión de estos crímenes. La falsedad de los políticos adquiere especial brillo en Mallorca. La muerte a golpes registrada el miércoles en la barriada de Son Cotoner, ocurre medio año después de que una mujer rumana fuera asesinada en público por su marido, al regresar a su domicilio desde el cuartel de la Guardia Civil de Pollença donde no recibió respuesta a sus fundados miedos.

Las autoridades concentradas en el minuto de silencio de la vergüenza son las mismas que prometieron llegar hasta donde hiciera falta, para aclarar por qué no se activaron en Pollença los protocolos disponibles. Los campeones de la transparencia no han aportado la mínima información, sobre un fracaso que incluye desaparición de dinero. El inútil Institut de la Dona permitió que la delegación del Gobierno se burlara de su representante, refugiándose en la socorrida "investigación interna en marcha". Puede distinguir en el minuto de silencio a todos los implicados en el ocultamiento. Es lo único que harán por las víctimas, extraerles un provecho mediático.

Las autoridades contemplativas son la garantía de que nunca se esclarezcan los hechos de Pollença. El jefe de la Guardia Civil está muy ocupado instruyendo a sus subordinados sobre el trato viril a los detenidos, la presidenta del Govern se titula "feminista" para blindarse ante las críticas. Sin embargo, su ejecutivo no se ha personado en la querella por denegación de auxilio que se investiga en un juzgado de Inca. Solo la prosa franquista retrataría el "duelo, rechazo" y demás tópicos estériles de la concentración muda que encubre un escándalo mayúsculo. Mientras se retiran contritas a la espera del próximo minuto de silencio triunfal, las autoridades se preguntarán cómo es posible que Trump gane unas elecciones democráticas.

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