Mariano Rajoy ha superado finalmente todos los obstáculos para la formación del gobierno que buscaba desde hace casi un año y, una vez conocida la composición del gabinete, ahora debe afrontar de inmediato tantas necesidades que apremian e intentar recuperar, aunque sea teóricamente, el tiempo político malbaratado en una espera desesperante.

El Gobierno de Rajoy y el Govern de Armengol tienen ante sí la obligación moral y la responsabilidad institucional de normalizar relaciones y afrontar los asuntos referentes a Balears que competen a ambos estamentos. No hay motivo para que no sea así. No cabe por tanto caer otra vez en la tentación de desplegar juegos sobre la diferencia de peso político entre los dos gobiernos, la distancia ideológica o la revancha frente a la beligerante actitud de la presidenta Armengol en su oposición abierta a un Gobierno presidido por Mariano Rajoy. Consumados los hechos, el comportamiento de los afectados debe guiarse por la altura de miras y por la importancia de los cargos que ocupan.

El PP de Balears no ha logrado situar a ninguno de sus hombres y mujeres en el consejo de Ministros que quedó conformado el viernes. Los cargos del partido en las islas mantienen la esperanza de obtener algunos puestos clave en los puestos de segunda fila de las estructuras ministeriales. En todo caso, los conservadores de Balears han mostrado su satisfacción ante un gabinete que consideran equilibrado entre la experiencia de la continuidad y la renovación de las nuevas incorporaciones. A partir de esta línea, el PP regional tiene la responsabilidad de establecer puentes de colaboración y entendimiento entre la afinidad de militancia y la atención a las necesidades específicas de este archipiélago por parte del Ejecutivo Rajoy.

Esta claro que desde el punto de vista y los intereses de Balears importa en especial quién ocupa la cartera de Turismo y la política que desarrollará el ministerio. Alvaro Nadal Belda es un hombre de marcado perfil técnico. Se le reconoce una excelente formación económica, que tuvo oportunidad de aplicar durante una etapa complicada y decisiva al frente de la Oficina Económica de La Moncloa. Deberá compatibilizar Turismo con Energía y Agenda Digital. Aunque no se ha centrado especialmente en la primera materia, tampoco se le puede achacar ignorancia. De hecho, mantiene muy buenas relaciones con la principal organización del sector hotelero mallorquín, pero en su gestión necesitará tener en cuenta que la primera industria balear mantiene una expansión mucho más amplia y variada que la del mero ocio o alojamiento hotelero.

La presidenta Armengol se ha apresurado a remitir una misiva al presidente Rajoy reclamándole un encuentro para "retomar los temas pendientes de Balears" y ha manifestado que el Govern se mantendrá "reivindicativo como lo ha sido hasta ahora". En todo caso la realidad obliga a derrochar más finezza y receptividad que en anteriores ocasiones y evitar al máximo confrontaciones que sólo conducen a vías muertas.

No obstante, hay muchos asuntos que no pueden esperar. Los déficits estructurales y la mala financiación autonómica que padece Balears debe ser abordada y normalizada de una vez por todas. También han de ser atendidas cuestiones tan prioritarias como el convenio de carreteras o la cogestión aeroportuaria y la tarifa plana de los vuelos interislas. Si de verdad Rajoy ha pedido tanto diálogo a sus ministros como se indica, éstos tienen en Balears un buen terreno para ponerlo en práctica.