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Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

La comisión de Sa Nostra

Así en Madrid como en Balears, la parroquia aprende a marchas forzadas que algo huele a chamusquina cuando PP y PSOE votan al alimón. Ha vuelto a ocurrir en el Parlament para aquietar una iniciativa sobre la excaja mallorquina, que adquiere su entera dimensión polisémica al entrecomillarla en "la comisión de Sa Nostra". O al pluralizarla en "las comisiones de Sa Nostra". Si populares y socialistas desnudaran sus vergüenzas en la entidad financiera, el Pedro Sánchez-Jordi Évole quedaría reducido a un pugilato infantil. El presidente de la comisión parlamentaria debería ser Pere Batle, el eterno director general que engrasó a derecha e izquierda hasta el hundimiento final de la caja.

Batle me invitó a desayunar el día de su multitudinaria jubilación anticipada. Zumo de naranja, no fuimos exactamente culpables del hundimiento de la entidad. Me regaló un Stefan Zweig. Alargó tanto el encuentro que tuvieron que reclamarle que dejara de perder el tiempo, para asistir a su homenaje. Durante años lo había criticado, bastante en solitario. En una muestra inusual de deportividad, me confesó que "a menudo has sido menos duro de lo que merecíamos". Estuve a punto de sugerirle que giráramos una visita con ese mensaje por los despachos mallorquines, donde se nos había acusado de estar en contra de la banca y de la civilización occidental.

"Menos duro de lo que merecíamos", ebrio de zumo de naranja creí que era un truco retórico. El capítulo de Miami vice me demostró la literalidad de Batle. En la corrupción siempre nos quedamos cortos, un rasgo de humanidad que los corruptos nunca reciprocarían. Sa Nostra no tiene hoy quién la investigue. Se habla de la jardinería consorte de Armengol y de los cementerios del PP. En realidad, una palabra del antiguo director general dejaría a socialistas, y sobre todo a populares, reducidos a cenizas. Ciudadanos puede reclamar "la comisión de Sa Nostra" en el desierto, solo porque no participó en los órganos de dirección que contaminaban a todo el que se acercaba. Mientras tanto, el negocio debe continuar, y en Bankia se enlazan las entidades financieras más caras de España y de Mallorca. Más se merecen, usted solo paga.

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