Tras su rendición incondicional, el PSOE se empeña en demostrar que con Rajoy habrá sexo, pero no habrá amor. Esta distinción escolástica se reviste del formulismo "abstención técnica", mediante el que una docena de socialistas traidores se abrazarán al PP mientras el resto finge repudiar al mejor amigo de Barberá, Bárcenas, Rato y Correa. El equivalente financiero de esta figura es el "préstamo técnico", que comprometería solo al director de la sucursal y no a la entidad bancaria en su conjunto. En efecto, son dos conceptos falsos. La docena de abstinentes representan al conjunto del socialismo, al igual que el empleado bancario implica al banco en que trabaja.
El PSOE no puede coronar a Rajoy y preservar una cuota de dignidad, dos hechos tan incompatibles ahora mismo como rechazar la investidura y oponerse a unas terceras elecciones. Se abstendrán los 85 diputados, aunque las imágenes infamantes que recogerán a parlamentarios de izquierdas proclamando a un partido de derechas con más corruptos que escaños, solo recogieran la sacrificada "abstención" de una docena de escudos humanos. Peor todavía, la junta que dirigió el golpe contra Pedro Sánchez también impondrá el aplauso a Rajoy al menguante contingente de votantes socialistas.
Al PSOE no le sobran votos, y encima está indicando a los resistentes que mejor harían en depositar directamente en la urna una papeleta con la efigie de Rajoy. La mera sugerencia de que unos pocos carguen con la infidelidad socialista en pleno demuestra que ni la gestora se cree sus pésimos discursos autoexculpatorios. Se han pronunciado contra la voluntad expresa de sus votantes y militantes, emitida mediante el voto. Los socialistas no entregan al PP un manojo de diputados. Le regalan un siglo de historia, incluidas las victorias de González y Zapatero con nacionalistas que ahora repudian. El nuevo PSOE prefiere a Rajoy antes que a Sánchez. A propósito, ¿en qué se parecen González, Zapatero, Susana Díaz, Javier Fernández, Rubalcaba, García-Page, Fernández Vara, Lambán, Ximo Puig y demás acérrimos de Rajoy? En que ninguno de ellos tiene que votarlo.
