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Pilar Garcés

El desliz

Pilar Garcés

Palma se marbelliza

Haría bien el Ayuntamiento de Palma en preparar en su edificio principal un despacho con un par de mesas, unos ordenadores y unos teléfonos para que la Policía Nacional desempeñe su trabajo con comodidad in situ y sin tantas idas y venidas, que el tráfico está de pena en el centro de la ciudad. Es una idea que le he copiado al pragmático Francisco Correa, cerebro de la trama Gürtel, quien manejaba sus chanchullos desde la propia sede del Partido Popular en Génova para ahorrar energías cuando ya no daba a basto trajinando sobres de dinero negro. Hasta unos calabozos se podrían habilitar en el zaguán, junto a los Gegants. Porque día sí y día también se personan en dependencias de la casa consistorial agentes del Cuerpo para llevarse a una docena de funcionarios a contestar preguntas sobre corruptelas presuntas. Después de las oposiciones amañadas de la Policía Local y la Patrulla Verde funcionando en modo mafia extorsionadora de los empresarios de la Platja de Palma según el relato de la investigación judicial, ahora les toca a la ORA, los semáforos y la grúa. "Parece que el PP organizó una red en Cort para servir a sus intereses", describió a su mórbida manera el alcalde José Hila. Sí, eso parece a tenor de la detención de dos exconcejales, Irene San Gil y Gabriel Vallejo, en relación al posible amaño del concurso para gestionar la zona azul. Resultan elocuentes el silencio del anterior depositario de la vara de mando, Mateu Isern, y los tristes argumentos de la actual portavoz conservadora, Margalida Durán, que por un lado defiende la valentía y limpieza de su partido y por otro mantiene en sus filas al imputado José María Rodríguez, factótum del anterior gobierno municipal y a Álvaro Gijón. Otro departamento de la administración local bajo sospecha, y ya están tocados Urbanismo, Función Pública, Contratación, Movilidad y Seguridad Ciudadana. Después del susto inicial, el actual equipo de alcaldía se extendió en la defensa de la presunción de inocencia de los arrestados. Más inocentes somos los que rebuscamos en la cartera para alimentar las máquinas del aparcamiento, el negocio boyante de quién sabe quién y luego corremos desesperados para no rebasar el tiempo que hemos comprado a precio de oro, no sea que venga su grúa feroz. Los que cumplimos la ley y respetamos las ordenanzas parecemos tontos.

Con la Policía Local en el punto de mira, y los agentes de la ORA en entredicho, la única autoridad reconocible en esta ciudad es la que derrochan los guías que enarbolan carteles con el nombre de un tour operador para que los turistas les sigan en masa. Me pregunto qué va a pasar con las sanciones que unos y otros impusieron si se demuestran las malas prácticas en la gestión de ambos servicios. Mientras se indaga en el posible fraude en la adjudicación del control de la zona azul, ¿quién y de qué manera va a procesar las multas que se están poniendo en este momento y en los próximos meses, hasta que finalice la investigación? El alcalde Hila ha prometido un refuerzo de personal que garantice la "seguridad jurídica" del servicio. Más vale, pues datos muy sensibles de todos nosotros están a disposición quienes han ganado un concurso sobre el que se plantean serias dudas.

La corrupción como costumbre, Palma se marbelliza. Los responsables del saqueo de las arcas públicas de la ciudad de Jesús Gil van cumpliendo sus condenas, desde Isabel Pantoja a Julián Muñoz. Si su escarmiento no ha servido para que cunda el ejemplo, al menos han dejado celdas libres.

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