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Llorenç Riera

Incidente y esperanza de la Educación

El por naturaleza amplio y complejo mundo de la enseñanza en Balears atraviesa unos días especialmente convulsos por causas diferentes, pero al fin y al cabo confluyentes, porque en las aulas todo acaba interconectado y condicionando el conjunto de la situación docente.

A la sociedad isleña le han llegado de forma solapada dos noticias muy distintas y preocupantes, la de que Balears es la región europea con mayor abandono escolar y menor número de estudiantes en todos los órdenes y, por otro lado, la de la brutal agresión padecida por una niña en el patio del colegio Anselm Turmeda, en Son Roca.

Con toda probabilidad, el reto, en estos momentos, está en no dramatizar ante dos hechos graves de signo muy distintos, pero también en no quitarles hierro y en afrontarlos de cara. La educación pasa igualmente por saber interpretar bien las cosas y analizarlas con la dimensión de la realidad. Es una lección que debemos aprender todos, Administración, docentes y sociedad.

Uno sigue preguntándose cómo es posible que una alumna sea agredida en el patio de un colegio, hasta el punto de ser ingresada en una UCI, cuando hay dos profesores de guardia en el lugar. Son docentes que trabajan en condiciones difíciles en una barriada muy complicada, ha dicho el conseller March en una comparecencia dilatada en el tiempo para que se templaran unos ánimos que, de todos modos, siguen alterados. Se intuyen y se insinúan problemáticas de desestructuración social y desarraigo familiar que habrá que tener en cuenta para prevenir que el altercado puntual de Son Roca no tenga repetición en el mismo patio ni en otro lugar.

El Plan de Éxito Educativo que el Govern tiene previsto presentar la semana próxima deberá tener en cuenta estas realidades en bien de la cohesión y de la integridad física del alumnado. También para que la motivación y el celo profesional de un claustro docente como el de Son Roca no se vaya por los suelos por efecto de un incidente muy grave pero aislado. El Anselm Turmeda tiene acreditadas varias décadas de solvencia formativa.

No nos tiraremos los trastos a la cabeza a cuenta de la Educación como recomendó el conseller ayer en el Parlament y seremos conscientes de que en ella debe haber algo más que inversión económica. El Plan de Éxito que se anuncia deberá esmerarse para poder responder a su ambiciosa denominación. Resulta imprescindible y requiere contenidos y complicidades incluso más amplias que las que se anuncian en formación de profesorado, reducción de ratios y nuevos contenidos de salida profesional.

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