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Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

Destituciones en el pacte

El director de la Abogacía de la Comunidad fue nombrado por el PSOE en solitario, y destituido porque el PSOE no gobierna en solitario. En un ejecutivo monocolor, los cargos están blindados por su fidelidad a la matriz. Basten como ejemplo las nefastas directoras nombradas por Matas y Bauzá. La primera no solo logró un cargo vitalicio en el Tribunal Superior donde sintoniza con el entorno, sino varias menciones honoríficas en la sentencia condenatoria del caso Cola Cao. La segunda fue premiada con un escaño en el Parlament, por su encendida defensa de la fama y la farmacia de su president.

Francina Armengol y Pilar Costa deberían querellarse contra quien insinuara que no estaban al tanto de las decisiones de la Abogacía sobre Matas. Sin embargo, han tenido que despedir a su leal empleado porque el Pacto de Progreso cuenta con otros socios. Además, la suma de Podemos y Més supera al PSOE, un dato que se debería trasladar al jefe de la junta militar socialista. Los bipartidistas no están acostumbrados al control de sus actos. Para la presidenta y su consellera favorita, resulta tan inconcebible la inevitable destitución del director de la Abogacía como para Rajoy la marcha atrás en el nombramiento de su amigo Soria.

Un Pacte es un Govern en el que un jefe no puede garantizar a un subordinado la continuidad en el cargo. El cumplimiento de las consignas puede ser castigado desde una jerarquía ajena. De ahí que exista la frase "me debo a mi partido", pero no la expresión "me debo a mi coalición". En el país de las minorías absolutas, la incertidumbre es multidireccional. Esta ley se aplica también a Pilar Costa, que ya no puede fiarse de los síntomas tranquilizadores que advierte en los ojos de Armengol, porque el disparo fatal puede venir de otra dirección. La desconfianza mutua es un mecanismo de alerta purificador. Mientras tanto, se han disipado como por ensalmo aquellas inapelables razones técnicas que prohibían perseguir los casos de corrupción de Matas. Proliferan las acusaciones, hasta los escépticos sobre los tecnicismos deberemos reclamar alguna muestra de misericordia hacia el ministro de Aznar.

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