Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Antonio Tarabini

Los socialistas, la guerra de las dos rosas

Tenía tres opciones para titular estas líneas. Todas eran, y siguen siendo, adecuadas para referirme al penoso espectáculo que nos han ofrecido los socialistas el pasado fin de semana. "¡Más madera es la guerra¡", "La conjura de los necios", "El camarote de los hermanos Marx". He elegido uno más neutro,"La guerra de las dos rosas" más políticamente correcto si se quiere, pero que incluye los desaguisados expuestos en los otros tres títulos.

Se visualiza una virulenta guerra abierta en el interior del PSOE, cuyo último santo y seña de enganche ha sido Felipe González. Los denominados "críticos" (la gran baronesa, barones territoriales, algunos significados e ilustrados personajes de la nomenclatura socialista, determinados medios y poderes fácticos) hace tiempo que abrieron trincheras contra Pedro Sanchez, Secretario General y candidato de los socialistas. La primera causa oficial, expresada mediante malos modos y descalificaciones, es que Sánchez ya debería haber dimitido al ser el principal y casí único responsable de las progresivas derrotas electorales de los socialistas. Pero, ¿es cierto y justo focalizar las derrotas en Pedro Sánchez y su equipo? Sin negarles su parte alícuota de responsabilidad, somos muchos, incluidos analistas externos, que consideramos que la auténtica causa es la pérdida de credibilidad y de confianza del PSOE por sus políticas (como mínimo) ambiguas en materia socioeconómica, visualizadas especialmente en la fase final del gobierno de ZP, de las que formaron parte relevante de los críticos que ahora centran la culpa en la hasta ahora dirección del PSOE.

Pero hay más. Los denominados críticos nunca aceptaron de buena gana que el Comité Federal, máximo órgano de decisión entre congresos, dictaminara de modo claro y fehaciente que los socialistas, sus diputados, no posibilitarían la investidura de Rajoy mediante su abstención. Pedro Sánchez fue fiel al mandato, más aún dio un paso más intentando formar un gobierno transversal, de cambio y alternativo a las políticas practicadas por Rajoy. Fracasó en su intento, en parte por determinadas actitudes políticas inmaduras de los podemita. Se repiten las elecciones, el 26J. Los populares mejoran sus resultados, aunque sean insuficientes aún contando con los votos de C's. Ahora el PP ha despertado de su letargo (en primera instancia no aceptó el encargo del Rey) y presiona al PSOE por tierra, mar y aire para que, por razones "patrióticas" (¿), se abstenga y posibilite la gobernabilidad de un ejecutivo presidido por Rajoy. Los socialistas, siguen negándose, lo que levanta las iras de tirios y troyanos, incluida parte de la nomenclatura y del establishment del PSOE, que comienzan a exigir a Pedro Sánchez una abstención "técnica" para dejar gobernar a Rajoy. Como consecuencia lógica, rechazan cualquier intento de un gobierno alternativo con Podemos. Y se ha armado la marimorena.

Lo que se transpira detrás de descalificaciones y errores es la defensa de dos modelos de partido y dos discursos políticos diferentes. En referencia al modelo de partido, la dirección liderada por Sánchez defendía una estructura de poder y de decisión fruto de la elección directa de los militantes mediante primarias. Mientras, parte relevante de los críticos (¡por sus obras los conoceréis!) opta por el voto delegado en los Congresos y ponen en valor los pretendidos carismas y las doctas opiniones de eruditos próceres que suelen formar parte de ilustres nomenclaturas socialistas.

En referencia al discurso político de los socialistas y a sus propuestas programáticas, la estrategia representada por Pedro Sánchez con sus propios errores incluidos, apuesta abiertamente por políticas en favor de la igualdad real de oportunidades frente a las desigualdades vigentes, opta por la defensa clara y decidida de los derechos individuales y cívicos?dispuestos a compartirlas, sin ingenuidades, con otras fuerzas políticas, incluido Podemos. Los "críticos" no niegan tales valores pero deben aplicarse con prudencia, pero rechazando (¡va de retro!) a priori cualquier pacto con Podemos. Siguen anclados en el finiquitado modelo bipartidista; la aparición de nuevas políticas, concretamente Podemos, les provoca desconcierto y pánico.

El Comité Federal terminó como el rosario de la aurora. Ahora una gestora, a la espera de un congreso ad kalendas grecas, deberá diseñar una estrategia. ¿Optará por una abstención "técnica" y facilitar la investidura de Rajoy? Me temo que no les resultará fácil convencer a su grupo parlamentario, si "convencen" a seis (el mínimo necesario) puede producirse una fractura en el grupo. Pero, hay más. Los populares, amparados en su poderío, es muy probable que exijan al PSOE, además de su abstención, garantías de gobernabilidad incluido el apoyo a los Presupuestos. La otra alternativa es nuevas elecciones. ¿Qué candidato/a presentarían los socialistas? En cualquier caso es muy probable que sus resultados sean muy negativos, dado el estado de ánimo de militantes, simpatizantes y votantes.

El futuro no está escrito. Hay quienes consideran que han perdido una batalla pero no la guerra, a la espera del futurible congreso. Como mínimo a corto y medio plazo el PSOE, siguiendo los pasos del PASOK griego, puede verse reducido a una presencia política marginal. Dos rosas marchitas.

Compartir el artículo

stats