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Llorenç Riera

Sequía en la gestión de Medio Ambiente

El Govern no tiene en la conselleria de Medio Ambiente a uno de sus mejores puntales. Tampoco le sirve de avanzadilla para la exhibición de gestión solvente. Por distintos motivos, por la envergadura de las materias que tienen entre manos, por el modo de hacer de su titular, Vicenç Vidal, porque el PP y Asaja, según el conseller ejercen su particular presión y porque la coyuntura, incluida la natural y climática, no son nada propicias. Una conselleria de agricultura y medio natural es particularmente árida en tiempos de sequía. De ahí la escasez de frutos políticos y de gestión recogidos hasta ahora.

Faltaba un golpe de efecto capaz de ser interpretado como abono para savia nueva. Aunque sea en productividad de invernadero. Vicenç Vidal lo da cesando a Caterina Amengual como directora general de Espacios Naturales y Biodiversidad. La sustituye por Miquel Mir, un investigador especialista en sistemas dunares y posidonia, dos materias que, según la hoja de ruta del conseller, deben ser de ocupación preferente de su departamento en lo que resta de legislatura.

Caterina Amengual ha tenido una actuación gris en un medio de vocación verde y le ha faltado, con toda probabilidad, maduración política. "El trabajo intenso que ha supuesto un desgaste social", que le reconoce el mismo conseller que la cesa por la imperiosa necesidad de adquirir "un nuevo rumbo", no es más que la expresión amable de los problemas internos de la dirección general afectada y de la conselleria en general. Amengual ha sido cuestionada, en casa ecosoberanista y fuera de ella, por su actuación en la gestión de parques naturales y se le atribuye la controvertida aniquilación de cabras en Es Vedrà de Eivissa.

Con el relevo, Vicenç Vidal pretende aplacar críticas y obtener un mayor grado de serenidad que le permita, a él mismo, actuar con más tranquilidad y un margen de maniobra amplio. Aparte de la valía personal y profesional que pueda aportar, el nombramiento de Miquel Mir tiene mucho de simbólico. Se ha buscado un perfil técnico y científico en dos áreas que, con la ley del Parque Natural de Es Trenc aprobada y el borrador del decreto de la posidonia en las manos, deben ser objeto de especial atención y dedicación en los próximos meses.

Pero no se puede olvidar que lo ocurrido en la dirección general de biodiversidad es solo la grieta más visible de la particular sequía o falta de riego que padece una conselleria que, aparte de preservar el medio natural de la presión turística, debe hacer frente a una de las mayores sequías naturales de los últimos tiempos.

Manteniendo el mismo paralelismo, es muy probable que la conselleria, dada la diversificación de sus competencias y la presión que se ejerce sobre ella, esté necesitada de un plan de prevención y administración semejante al que exigen los medios hídricos de Balears en el contexto de demanda de consumo actual. El departamento, igual que el medio natural, es víctima de la exigencia turística.

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