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Llorenç Riera

La gran sacudida de Galicia y Euskadi

Podemos no equipara la situación de Balears a la de Castilla-La Mancha donde ha roto su pacto de gobierno con el PSOE. Los socialistas de las islas forman una de las cuatro únicas federaciones que apoyan a Sánchez

Ha faltado tiempo. Los resultados electorales en Galicia y País Vasco son meridianamente claros y han tenido una repercusión instantánea sobre la política estatal contaminada por la imposibilidad de formar pacto de Gobierno y la amenaza, cada vez más próxima, de unas terceras elecciones generales consecutivas. Los acontecimientos se precipitan. Parece mentira que apenas hayan transcurrido 24 horas desde la doble jornada electoral.

El PP ha revalidado mayoría absoluta en Galicia y el PNV ha ganado en Euskadi. Aparte de esto, lo más inmediato y trascendente es que el PSOE ha padecido una verdadera debacle en ambas comunidades, transformada al instante en chaparrón sobre las espaldas de Pedro Sánchez, no solo por parte del PP, sino de los barones socialistas. Es la "guerra", en expresión de los propios combatientes en un partido que se las da de proletario pero, curiosamente, usa términos nobiliarios para acotar influencias y presión regional.

Algún día deberá ser estudiado con detalles y amplitud el caso de Pedro Sánchez. El líder socialista es quien más ha arriesgado y permanecido a contracorriente en los dos intentos erráticos de formar Gobierno. También quien peor parado ha salido, debilitado, en buena parte, por las viejas glorias de su partido y los líderes regionales más interesados en controlar su feudo que en la altura de miras y planteamientos ideológicos capaces de abrir una mayoría parlamentaria operativa.

La tensa reunión de la comisión permanente de la ejecutiva socialista se saldó ayer con la propuesta de un congreso extraordinario y unas primarias que podrían celebrarse el 23 de octubre. También con grandes enfrentamientos no disimulados. "Quien crea que tiene un proyecto mejor, que dé un paso al frente" ha dicho Sánchez. Cataluña, Navarra, Euskadi y Balears son las cuatro únicas federaciones que le apoyan.

La decisión de Podemos de romper su pacto de gobierno con los socialistas en Castilla-La Mancha no ayuda a templar los ánimos. Acusan al presidente Emiliano García-Page de estar más ocupado en decapitar a Pedro Sánchez que en gobernar. Resulta inevitable plantear una posible equiparación con la situación de Balears. Hay notables diferencias. El PSIB respalda a Sánchez y Podemos no está en el Govern.

Pablo Echenique ha dicho que nada es extrapolable y Pablo Iglesias que los acuerdos con ellos están para cumplirse. Faltaba la interpretación local. La ha puesto Laura Tamargo con el tono ambivalente y equidistante de siempre. No ve comparación entre Castilla-La Mancha y Balears, pero aspira a un "golpe de timón" que, de no producirse, les obligara, dice, a evaluar la situación. Se ha producido una gran sacudida tras los resultados electorales de Euskadi y Galicia. Todo pesa sobre el PSOE mientras el PP sigue sin implicarse y saborea su victoria sin mayor interés que el de desgastar al adversario. Los próximos días pueden ser cruciales.

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