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Matías Vallés

Al Azar

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Palma está saturada de Hila

La Asociación Mundial de Columnistas puntúa negativamente cualquier artículo sobre José Hila, con independencia de su brillantez. Las carencias...

La Asociación Mundial de Columnistas puntúa negativamente cualquier artículo sobre José Hila, con independencia de su brillantez. Las carencias del político socialista son tan abrumadoras, que la docta institución lo considera un recurso facilón para articulistas poco inspirados. Sin embargo, el semialcalde de Palma no debería abusar de esta condescendencia gremial para multiplicar sus desafueros. En su última edición, ha decretado que la capital no está turísticamente saturada y que la "sensación de agobio" no es "necesariamente mala". Es decir, propugna el malestar ciudadano.

Hasta el menguado PSOE está obligado a disponer de candidatos a Cort con más enjundia que Hila, que parece uno de esos productos de laboratorio en los que todo ha salido mal. En otra idea genial, quiere repartir por Palma los turistas que hacen irrespirable el casco antiguo. Es decir, que el alcalde viajó a París y no se interesó por la torre Eiffel, sino que se entretuvo con selfies en los suburbios. Por tanto, ahora pretende extender la plaga del alquiler turístico a Son Banya. Como de costumbre, la amarga píldora se endulza con puestos de trabajo, dejando en minúsculas que el noventa por cien de los contratos son temporales y que, en su momento de éxtasis, Palma cuenta con 22 mil parados que suponen cien mil personas desasistidas. El turismo desenfrenado se limita a aumentar la población de la capital, que según el PSOE ha de tender al infinito. Por no hablar de la capitulación ante la mafia del ruido, propietaria de Cort.

Mientras escribo este artículo desaconsejable, recibo la llamada diaria de algún vecino palmesano que se lamenta del desastre por la ocupación estruendosa de su antaño plácida barriada. Hoy le toca el turno a un habitante de Can Barbará, que denuncia el botellón a partir del jueves, los cruceros convertidos en party boats con fiestas ruidosas en el puerto, y el barco de línea con motores trasnochados que ponen en vibración los cristales. Suerte que el PSOE puede cambiar de candidato, porque es posible que Palma no esté sobrecargada de turistas, pero desde luego está saturada de Hila.

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