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Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

El 'Fortuna' se alquila

La vigencia de las dos españas solo depende de acertar en el trazado de la frontera entre ambas. Una España le compra a su Rey un yate de 20 millones de euros...

La vigencia de las dos españas solo depende de acertar en el trazado de la frontera entre ambas. Una España le compra a su Rey un yate de 20 millones de euros. Que hoy serían más de un centenar, y donde la mitad de la aportación es pública si sumamos el dinero pagado por el Govern balear y las desgravaciones a los magnates. La colecta se producía después de que Aznar o González avalaran la adquisición, al grito hoy escandaloso de "el Rey necesita un yate nuevo". En la otra España, más próxima, a nadie se le ocurriría encabezar la recaudación millonaria. Al contrario, Rajoy obliga a Juan Carlos I a desembarazarse del Fortuna, una decisión que el entonces monarca nunca ha comprendido.

Una España tiraba el dinero, la otra no se lo puede permitir. La navegación entre ambas ha resultado más accidentada que doblar el cabo de Buena Esperanza. El Fortuna se regala al Rey, se presta gratuitamente a Cristina de Borbón y a Iñaki Urdangarin, se vende a bajo precio a Matutes, y finalmente se alquila a clientes desahogados que aspiren a participar del morbo de habitar un palacio donde se alojó la Familia Real. Aquí surgen los engorrosos inconvenientes de imagen. Aunque el barco se ha rebautizado Foners desafiando el mal fario de un cambio de nombre en vehículos náuticos, cuesta controlar la identidad y sobre todo las intenciones de los arrendatarios. La desacralización del yate regio no impide su emparentamiento con el navío que representó al Estado, en cuanto adscrito al Patrimonio Nacional.

Pongamos algún ejemplo. Las mansiones aisladas del litoral español se han de alquilar con prevenciones. Se quiere evitar por ejemplo que se aproveche la estancia para rodar una película porno en el inmueble. Con esta sorpresa ha topado más de un propietario bienintencionado. El titular "Mafioso ruso alquila un yate" carece de poder emocional. Sin embargo, "Mafioso ucraniano alquila un yate real" adquiere los esteroides de portada. El Fortuna no se ha despojado de su poder simbólico, que le permite encarnar la irrealidad de los derroches que parecían imprescindibles. No todo está empeorando, si ningún rey puede aspirar ya a un obsequio así.

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