Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Apuntes

50 sombras de Iglesias

A propósito de los mensajes del líder de Podemos en los que afirma que "azotaría" a Mariló Montero "hasta que sangre"

Como si no supieran ya de sobra que un teléfono móvil que te ayuda a cazar monstruitos virtuales puede ser pasto de cualquier pirata con ganas de dar palos o de enemigos íntimos con ganas de enredar, algunos miembros (y miembras, con permiso de Bibiana Aído) de la política y aledaños tropiezan alegremente con la misma piedra de la imprudencia. Y el último ha sido Pablo Iglesias, quien supuestamente mandó unos mensajes hace un par de años subidos de barro por la aplicación Telegram (la que le quita el sueño a WhatsApp, vaya) en charleta con su colegui (que no yogui) Juan Carlos Monedero. La parte que más polvareda ha levantado tiene como protagonista a Mariló Montero, inefable presentadora de televisión especialmente conocida por sus meteduras de pata negra. Mariló dijo de Pablo que le parecía "un hombre oscuro", y no precisamente porque le recuerde a los Men in black que cazan extraterrestres o a los impertinentes de Caiga quien caiga. Y añadía: "No es el estandarte del 15M ni el prototipo del macho ibérico. El macho ibérico defiende y protege a la mujer, yo no me veo para nada defendida por su discurso".

A Pablo Iglesias las palabras poco cariñosas (y con un tufillo machista evidente, ¿no lo huelen?) de Montero no le gustaron mucho y en cotilleo virtual con otros miembros de Podemos escribió losas como: "No me gustan los niños ni la familia, ni pasear por el parque, ni vestir bien, ni que me paren las viejas ni que franquistas asquerosos me digan ole tus cojones". Hasta ahí bien, nada del otro jueves. Luego se desabrocha: "Con la política me pasa lo mismo que con el sexo de mayorías€ No me la pone dura". Y Monedero la coge al vuelo: "Díselo a la Mariló. Después, claro, de llamarla Marilú. Y hacer un chiste sobre las galletas". Según los medios que han desvelado el cruce de gracietas, Iglesias se desmelena, o sea, que se suelta la coleta y coge la fusta: "La azotaría hasta que sangre. Es la cara B de lo nacional-popular.Soy marxista algo perverso convertido en psicópata".

Marxista perverso convertido en psicópata. No lo mejora ni Stephen King. Como damos por hecho que Pablo bromeaba también podemos bromear aconsejando a algún escritor o escritora que ambicione el éxito crear un "best seller" con un personaje así pero sumando duras cargas eróticas. "50 sombras de Pablo". O de Paul, si queremos vender en Estados Unidos y el Reino menos Unido. La fantasía del líder de Podemos tiene un nivel de sofisticación bajo (como el del inefable Christian Grey que tanto excitó las mentes de muchas mujeres con sus prácticas bobomasoquistas de catálogo) y no tenemos la menor duda de que se queda en el campo erótico y no hace referencia a un castigo inquisitorial con daños más profundos en el cuerpo ajeno, práctica habitual en países cegados por la ira.

Lo que más llama la atención de este asunto menor cual viborilla de verano es que alguien de ese grupo de Telegram conservó esa conversación durante dos años, tal vez esperando aprovecharse de ella algún día si la apuesta de Podemos salía bien. ¿Un Judas metido entre los Apóstoles? Lo único claro al final de este oscuro episodio de incontinencia grupal es que en este verano de pokémons políticos echamos de menos a Mariló azotando a la lógica y preguntando si están vivos los calamares gigantes del Museo de Luarca tras el temporal. Ay, Mariló, Mariló. O Marilú, Marilú, que diría Monedero con su inimitable humor panfuflo.

Compartir el artículo

stats