Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Llorenç Riera

Problemas y carencia de limpieza en Palma

La basura siempre salta a la vista y llega al olfato. Sobre todo en verano y en un lugar tan poblado y turístico como Palma. Por eso cuando su recogida y eliminación presenta grandes carencias, y este también es el caso de la capital balear, se vuelve tema recurrente y vertedero propicio para la afrenta política sin que ello, por si solo, garantice la solución del problema.

Desde que Emaya decidió poner en práctica el actual sistema de retirada de enseres y utensilios inservibles desde la vía pública, el PP lo ha tenido en el punto de mira y lo ha criticado una y otra vez. No ha sido difícil porque los muebles y electrodomésticos viejos sobre la acera, a la espera del camión de retirada, son mucho más visibles y propensos al obstáculo para el viandante. Causan mala imagen, pero Emaya dice que mediante este método se recoge un 75% más que antes. Tal resultado debería justificar por si solo la nueva práctica pero, a la vista de las reacciones, resulta patente que no contenta a todos. El PP sostiene que las dificultades actuales no son más que el resultado de una mala gestión por parte de los responsables de Emaya que los conservadores afirman haber dejado saneada y la presidenta de la empresa, Neus Truyol, afirma que si la ciudad está sucia y lo está es consecuencia de la desastrosa gestión del PP. El intercambio exagerado de acusaciones políticas es también un desecho de gestión que, cuando menos, debería ser aliviado.

La solución no es fácil en una ciudad que cada fin de semana deja 500 kilos en las papeleras, 5 toneladas diarias en la playa y otras 17 en calles y plazas. De momento se han incorporado 50 nuevos operarios a las brigadas de limpieza y se vuelven a baldear contenedores y a quitar hierba de la calle. Los equipos de limpieza a presión van más allá del centro. Pero queda mucho por hacer. Tanto que se anuncia una inversión de 13 millones para los próximos años. De momento, se sustituirán los 8.000 contenedores existentes y se empezará con la recogida selectiva en el casco antiguo mediante vehículos eléctricos. Este es el plan estratégico anunciado.

Sin embargo, no es solo retirar trastos y hacer previsiones. Se trata también de vigilar, corregir y si se da el caso, sancionar. Es lo que le ha ocurrido, a Simoneta Gómez Acebo, la prima del Rey. Alguien ha traído escombros desde su casa de Establiments y ha sido multada. Con el nuevo sistema de depósito en la vía pública ha salido también una nueva forma de oportunismo y picaresca. Es la de quienes se dedican a desguazar los electrodomésticos para hacer negocio con las piezas útiles para reparaciones. La calle, evidentemente, no puede ser un taller de chatarra. Es otro de los motivos por los cuales también se vuelve imprescindible incrementar la presencia de agentes medioambientales y, como se anuncia, las sanciones a aplicar.

Compartir el artículo

stats