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Antonio Tarabini

Ciudadanos corrientes

La referencia es clara. Seguimos encharcados, desde el 20 de diciembre, en la incapacidad de conformar un gobierno estable; mientras los ciudadanos y ciudadanas corrientes, que aunque sean anónimos son mayoría, están hartos de soportar su incompetencia y postureo.

Todos los partidos tienen su cuota de responsabilidad, aunque unos más que otros. La máxima responsabilidad corresponde al PP y a su líder Rajoy. Los populares son los más votados, sus electores han aumentado, pero siguen necesitando del apoyo (positivo y/o abstención) de otros partidos políticos. De momento, Rajoy, y por tanto el PP, tiene únicamente garantizados sus propios 137 escaños (el de los canarios todavía no es firme), muy lejos de los 176 para conseguir la Investidura en la primera ronda. Pero hay más. En el caso hipotético de que Rajoy obtuviera la investidura en segunda ronda gracias a diversas abstenciones, ningún partido quiere acompañarle formando parte de su gobierno. Gobernaría en minoría, sólo con el apoyo de los diputados populares. El presidente Rajoy, ¿podría garantizar la gobernabilidad y/o la estabilidad? El PP, con Rajoy a la cabeza, no ha analizado su "soledad", aunque haya sido el partido más votado. Les guste o no, tendrán que negociar y ceder. Me he molestado en leer el documento de 53 páginas, posible base de negociación, elaborado por el PP: no es más que un refrito de su programa electoral.

En estas líneas me limito a referirme a un asunto que inquieta a los ciudadanos corrientes y que hoy por hoy parece no merecer respuesta: el futuro no garantizado de nuestras pensiones. El Pacto de Toledo, creado en 1995 y formado por Gobierno, oposición, patronal y sindicatos, y cuyo objetivo era garantizar la sostenibilidad de las pensiones, está muerto. Y para mayor escarnio el pasado 1 de junio, con secreto y alevosía, el gobierno en funciones presidido por Rajoy dio un hachazo de 8.700 millones a la hucha de las pensiones, que ha bajado de los 66.815 millones que tenía cuando llegó Rajoy al Gobierno a los 25.176 millones actuales.

Hay dos visiones contrapuestas. Desde una perspectiva progresista, con matices, se propone como mínimo complementar la "caja" de las pensiones mediante una reforma fiscal más redistributiva que significara un aumento controlado de la presión fiscal en las rentas personales, patrimoniales y societarias más elevadas, así como actuar de un modo más eficaz contra los delitos fiscales, las economías sumergidas y los paraísos fiscales. Desde el ámbito de la derecha conservadora se aplica el "vade retro Satanás" a cualquier asomo de subida de impuestos (aunque después los suban). Las pensiones están garantizadas (¡pero si tiene un plan privado de pensiones, mucho mejor!) por el crecimiento económico y la equivalente creación de empleo. Pero, aunque sea cierto que ha aumentado el número de cotizantes, ello no implica necesariamente mayores ingresos. La Seguridad Social ingresa 1.350 millones de euros menos que en 2011 pese a tener más afiliados, casi un 2% menos por ocupado que hace cinco años. Las causas son el empleo temporal y a tiempo parcial, autónomo y en el sector servicios, la devaluación de los salarios y las subvenciones a los contratos. Visto lo visto, ¿cuáles son las propuestas del PP de sostenibilidad de las pensiones?

Valga la redundancia, nadie desea unas indeseables nuevas elecciones, pero el calendario corre. Esta semana se constituyen las Cortes y se visualizarán posibles encuentros y desencuentros en la composición de los grupos parlamentarios y en la formación de la mesa del Congreso de los Diputados. El candidato Rajoy, informalmente, concreta en el 2 y el 5 de agosto la primera y segunda rondas para su investidura, hoy por hoy no garantizada. ¿Será posible que los populares y su candidato asuman su responsabilidad y activen unas propuestas programáticas, concretas y tangibles, que posibiliten su Investidura y un gobierno estable? ¿O se limitarán a pasar toda la responsabilidad y la culpa, especialmente a los socialistas, si no apoyan (en positivo o con abstención) a Mariano Rajoy? Ciudadanos, aunque su posición es "mutante", dicen que no votarán a favor de la Investidura de Rajoy, pero se abstendrán en una segunda ronda, pasando también la pelota a los socialistas (su abstención no es suficiente). El PSOE, si no quiere pagar un elevadísimo coste político, no puede dar (ni por activa ni por pasiva) un cheque en blanco a los populares para continuar con la mismas políticas desarrolladas por Rajoy. El ejercer de oposición es una opción loable y necesaria, que incluye posibilidades de ofrecer alternativas desde y en un Parlamento plural y diverso. Podemos, vistos sus resultados, pretende crear la posibilidad de un gobierno de izquierdas contando con los socialistas y partidos de ámbito independentista, pero la realidad política después del 26J no es la misma que tras los comicios de diciembre. Lo que entonces quizás era posible hoy puede no serlo. Los errores se pagan.

Los ciudadanos corrientes, auténticos malabaristas, siguen bailando con la más fea. Mientras, "ellos" (aunque unos más que otros), juegan a magia potagia. El jeroglífico está servido.

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