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José María de Loma

Obama y Susana Díaz

Susana Díaz acompañará a Obama en el paseo que este dará por Sevilla el sábado. Se entera Leire Pajín y nos repite aquello que soltó de una conjunción sideral trasatlántica de liderazgos una vez que Zapatero se iba a encontrar con el yanqui hace años. Esto no le viene nada bien a Pedro Sánchez. En el momento en el que las fotos de ambos sonrientes y haciéndose alguna confidencia empiecen a circular, no faltarán panegiristas del susanismo que la igualen en talla política al presidente norteamericano. E incluso podría ser que algún cachondo especule con la posibilidad de que (dado que el animalaje político de Díaz es de magnitud histórica) bien podría optar a la presidencia norteamericana. Eso si no fuera por el pequeño detalle de que ha nacido en Triana. Yo me codeo con Obama mientras tú rebañas un flan en un chiringuito de Mojácar, diría implícitamente Susana a Pedro a través de esa foto. A mí me aman los líderes del mundo y a ti te detestan los barones...

Uno imagina a Obama interesándose por la Giralda y la Torre del Oro y a lo mejor preguntándole a la presidenta si va a haber Gobierno, por qué hace tanto calor y qué es el gazpacho. Sin menoscabo de que se interese por el número en el ránking de riqueza que el Estado Andalucía ocupa dentro de los Estados Unidos de España. Obama visitará Rota, lugar al que antaño peregrinaban los integrantes de ese antiamericanismo ochentero, clasicón de pantalón vaquero, pancarta y Winston que llamaban leche americana a la Coca Cola después de haber regado el Bacardi con ella. Ahora la gente ve Rota como un sitio gratísimo donde ir a comer urta y pegarse un baño luego en La Costilla o El Rompidillo. Como un pueblo donde hay una empresa, la base, que da trabajo a centenares de personas, lo cual es fetén sea americana, polaca o vallisoletana la empresa o entidad.

El presidente norteamericano podría pernoctar en la base. O sea, en casa. Él se lo pierde, pudiendo ocupar una suite en el Alfonso XIII donde un atildado camarero políglota le serviría un reconfortante café con tostada de aceite y tomate que le podría infundir superpoderes para ayudar a Hillary en la campaña contra Donald Trump, que es un bruto con dinero que no vale su peso en oro y que acorde a su xenofobia tal vez estima que en España sólo hay morenitos con pretensiones de ir los EEUU a mamar del presupuesto sin pegar ni clavo y encima echando la siesta a diario. La verdad es que tampoco es descartable, pero no conviene generalizar. Susana Díaz hace amigos. Capaz es de pedirle un aval para el congreso federal.

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