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Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

Armengol enseña cálculo

He oído decir que en Madrid tienen de todo, pero por lo visto andan algo cortos en profesores de matemáticas. Solo así se entiende que, en el concurso de impopularidad en que ha degenerado la política española, una humilde presidenta autonómica se vea obligada a enseñar cálculo en la capital. Francina Armengol, titular socialista del Govern cuatripartito balear, podría darle lecciones a Rajoy sobre las dificultades de pastorear una grey multicolor. De momento, la baronesa mallorquina ya ha tenido que demostrarle a Pedro Sánchez, con los números en la mano, que España no tiene por qué resignarse a la investidura del presidente menos votado de la historia. Aunque lo imponga el recién autoproclamado líder conservador, Felipe González.

El ruido generado por las evidencias numéricas de Armengol demuestra que la corte política ha vuelto a emplearse a fondo para olvidar los resultados electorales, como ya hiciera en diciembre. Se oculta con esmero la evidencia de que Rajoy necesita más partidos que Sánchez para gobernar. En el Pacto a la Naranja soñado por el PP debían implicarse los populares, Ciudadanos, el PNV, Coalición Canaria y diputados de una quinta formación. Se llega así al pentapartito, concepto denigratorio del que han abusado Rajoy, Cospedal y otro líderes conservadores para insultar a los gobiernos regionales progresistas.

Los electores antaño sagrados han decidido que no gobernara el partido más votado, sino la coalición más votada. González está en su derecho de entregar el PSOE al PP, pero se excede al negar apresuradamente las hipótesis desveladas por Armengol. La baronesa ha planteado además el meollo del asunto. No se trata de apoyar mediante abstención la investidura de Rajoy, sino de sustentarlo durante cuatro años, porque necesitará cuarenta diputados suplementarios en cada votación. González se va a hinchar a escribir artículos recordatorios de que PP y PSOE son la misma cosa. Los partidarios de esta tesis mantienen además que el Rajoy de Bárcenas, Soria, Cañete y Fernández Díaz puede encabezar un ejecutivo de consenso. Otros preferirán las matemáticas.

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