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Joaquín Rábago

Para entender el 'Brexit'

Se ha tratado de explicar el triunfo del Brexit en el reciente referéndum británico sobre todo por el euroescepticismo inveterado de los británicos y su nostalgia de un viejo imperio que pasó hace tiempo a la historia. Pero hay otros factores que lo explican y que tienen que ver con la realidad social de aquel país, en especial con la destrucción de la industria en el norte de Inglaterra, pero también en las Midlands y parte de Gales regiones en todas las cuales, a diferencia de Escocia y de Londres, se impusieron claramente los partidarios del Brexit.

Una destrucción del tejido industrial que está en el origen de una elevada tasa de desempleo, convertido en muchas partes en endémico. Esas regiones votaban tradicionalmente al Partido Laborista y los tories no quisieron saber nada de ellas porque fueron siempre territorio hostil. Los laboristas de la Tercera Vía de Tony Blair prometieron durante años poner remedio a esa situación, causa de desesperanza de muchas familias, pero con los gobiernos laboristas ésas tampoco notaron mejora alguna.

Esa desesperanza se convirtió en resentimiento cuando los habitantes de esas regiones abandonadas vieron cómo el Gobierno británico, tanto los laboristas de Tony Blair como después los tories, colmaban en cambio de atenciones a la City de Londres. Los sucesivos gobiernos justificaron su abandono de las viejas industrias con el argumento de que eran tiempos de globalización y no se podía hacer nada para salvarlas. Y, sin embargo, sí hubo dinero y en abundancia para rescatar a la gran banca.

Nada más fácil en aquel momento para los demagogos del UKIP el Partido de la Independencia del Reino Unido y los siempre eurófobos tabloides de la cuadra Murdoch que desviar la atención de los verdaderos responsables y culpar exclusivamente a los tecnócratas de la UE de la miseria generada. Un sector importante del Partido Conservador, capitaneado por el exministro de Educación Michael Gove y el exalcalde de Londres Boris Johnson, se apuntaron entonces a la campaña antiBruselas, y en un intento de sofocar la rebelión en sus propias filas, al primer ministro Cameron no se le ocurrió nada mejor que prometer un referéndum.

Pero hay otro factor, señalado en un artículo en el diario Suddeutsche Zeitung, por el profesor emérito de filosofía de Cambridge Raymond Geuss, que explica el triunfo del Brexit y es la desconfianza que un pueblo insular como el británico ha mostrado siempre hacia los extranjeros y que puede degenerar fácilmente en xenofobia. Y por "extranjeros", explica Geuss, él mismo de origen estadounidense aunque nacionalizado en el Reino Unido, los británicos entienden no sólo los árabes o turcos, sino también cualquier europeo continental, pero no en cambio australianos, estadounidenses o canadienses.

Ello explica, añadiríamos nosotros, que los llamados "Cinco ojos" Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda hayan constituido una alianza de seguridad para espiar al resto del mundo, pero sin espiarse en cambio entre sí. En ciertos medios, de gente educada y adinerada, es de buen tono presumir de antieuropeísmo. Lo que no excluye, dice Geuss, que esa misma gente se deje "tutelar" por Estados Unidos y es posible que esté incluso dispuesta a inclinarse, si es preciso, ante "cualquier multimillonario chino o jeque árabe, pero ¿ante un europeo?"

"Mientras la coyuntura económica nos fue favorable y todo iba en la UE más o menos como queríamos, fue posible contener esos resentimientos, pero a la mínima disfunción de la bien engrasada maquinaria, por ejemplo, cuando la UE se mostró incapaz de llegar a un acuerdo sobre los refugiados (?) volvió a aflorar el espíritu antieuropeo". "Y la desagradable verdad, afirma el profesor de Cambridge, es que somos nosotros, y no (la canciller alemana) Angela Merkel los corresponsables del problema de los refugiados por culpa de nuestra política belicista en Oriente Medio". "Al margen de un par de fanáticos, concluye Geuss, nadie quería ese referéndum, pero la dinámica propia del proceso político ha conducido a un resultado que representa es una catástrofe irreparable para los británicos".

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