Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Antonio Papell

La brecha generacional: UK y nosotros

Algunos sociólogos distinguidos no voy a citar nombres defienden la tesis de que la juventud, por una especie de reacción puramente generacional e instintiva, busca valores y referentes distintos de los de su progenitores, de los que quiere diferenciarse por un prurito personal que no se aclara. Cuando más bien parece que lo que ocurre es que los jóvenes están siendo impulsados por los mayores a diferenciarse, por la sencilla razón de que las generaciones maduras son en la actualidad totalmente incapaces de proporcionar a las generaciones emergentes los elementos de civilización que supuestamente ellas han creado. Diríase por tanto que el adocenamiento de los instalados y su incapacidad para allanar el terreno a los que llegan obligan a estos a buscar sus propios caminos.

En el Reino Unido, el 'Brexit' ha sido impulsado por los mayores, en contra de la opinión bien definida de los jóvenes. Según una encuesta inmediatamente anterior a la votación, las personas del tramo de edad entre 18 y 24 votaron en un 75% por quedarse en la UE; las del tramo entre 25 y 49 años, en un 56%; las comprendidas entre 50 y 64 años, en el 44% y las mayores de 65 años, en el 39%. Evidentemente, la gente mayor, que disfrutó de las ventajas del que era probablemente el mejor estado de bienestar del mundo, han frenado el progreso de su país, instado por unos jóvenes que son conscientes de que su futuro pasa por la integración, la globalización, la tecnología, el mestizaje, la cooperación europea.

En España, es evidente que el surgimiento de los "nuevos partidos", que representan el mayor cambio político desde la transición y que han agitado unas aguas remansadas que comenzaban a pudrirse, se ha debido a la iniciativa y a la presión de los jóvenes. Como ha explicado recientemente Belén Barreiro, "en España la quiebra del bipartidismo no se habría desencadenado de no ser por los jóvenes, quienes mayoritariamente optan por Podemos, ahora Unidos Podemos. Y, aunque el partido emergente logra considerables apoyos en los grupos de edad que van hasta los 55 años según el CIS (encuesta presencial) y hasta los 65 años según MyWord (encuesta online), lo cierto es que son los jóvenes de entre 18 y 34 años los que se muestran más partidarios de la coalición que lidera Pablo Iglesias".

También en Francia recoge Barreiro, la excentricidad está en manos de los jóvenes: Frente Nacional, de extrema derecha, antisistema, es la fuerza favorita entre los jóvenes de 18 a 34 años.

Semejantes rupturas no son sin embargo el fruto de un premeditado desmarque, de una voluntad explícita de diferenciación, sino un acto de rebeldía en legítima defensa. En nuestro país, puesto que el establishment ha condenado a los jóvenes al ostracismo, a tasas de desempleo superiores al 50% y a salarios misérrimos, es natural que las generaciones que llegan al uso de razón se organicen para intentar imponer un nuevo orden que los acoja y le dé al menos las mismas oportunidades que tuvieron sus mayores. No se trata, en fin de un búsqueda de "identidades propias", ni de un desclasamiento concebido con la intención de matar freudianamente al padre: es el instinto de supervivencia el que mueve a la juventud postergada, marginada por los adultos, a buscar por su cuenta un lugar bajo el sol. Un lugar que en el fondo es el mismo estado de bienestar seguro y acogedor que los mayores no han sabido preservar, que la Unión Europea no ha ayudado a mantener, que los viejos partidos no han sabido prestigiar y conservar a toda costa.

Compartir el artículo

stats