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Llorenç Riera

La política de base y el hecho diferencial

Pablo Iglesias apunta en Palma la necesidad de una financiación justa y un transporte racional. Rechaza prospecciones petrolíferas. Units Podem Més escenifica un concurrido mitin plural

Un mitin con cantidad y diversidad de oradores tiene algunos alicientes y abundantes riesgos. Units Podem Més salió airoso del atrevimiento de convocar un acto electoral de gran formato en tiempos apáticos para la política. Hubo éxito de público en el Parc de Sa Riera de Palma, pero se pagó el coste de la superficialidad. Los dirigentes de Podemos y sus confluencias por lo menos han tenido el detalle de documentarse sobre los problemas y carencias específicas de Balears. Los conocen, pero con ello no han adquirido, o por lo menos no han aportado, el contenido de las soluciones necesarias.

Con Mónica Oltra, Ada Colau y Xavier Doménech en la tribuna, era fácil teñir de color mediterráneo el gran acto de autoestima y envite de las confluencias con Podemos. Mucho más si Iñigo Errejón hace gala de su locuacidad, también en catalán, para enumerar los males del PP. Pablo Iglesias quedó un tanto diluido entre el grueso de oradores, pero el sustrato del mensaje a transmitir permaneció en su discurso vehemente mientras se acomodaba sobre la camiseta verde del reconocimiento de la lucha de los docentes de las islas. Hubo algo de tópico y caduco en un discurso que parecía más pensado para la época Bauzá. El líder de Podemos desenterró las prospecciones petrolíferas en el Mediterráneo para rechazarlas y reivindicó unos medios de transporte racionales. La demanda de una tarifa plana para los vuelos entre las islas fue su alusión más concreta en este sentido. Ello pasará por una financiación justa a la que también hizo referencia Antoni Verger dentro de su empeño en justificar la coherencia del proyecto al que se ha sumado Més. A Yllanes, el cabeza de lista de Balears, le tocó demandar el voto con un entusiasmo que buscaba el contagio.

Mónica Oltra es menos ocurrente y brillante desde que tiene responsabilidades institucionales. La vicepresidenta de la Generalitat Valenciana quiso espantar el miedo y promocionó el "govern a la valenciana", que quiso sazonar con toques "a lo balear," para la gobernabilidad española. A Ada Colau le correspondió el toque más sensible. La alcaldesa de Barcelona recordó sus orígenes y resaltó el feminismo como comportamiento imprescindible para las políticas que se deben aplicar. Las tendencias sociales más marginales y menos reconocidas adquirieron protagonismo en sus palabras de clausura.

Fue un acto de gran coalición pensado en buena parte en clave de mensaje estatal compatible con el hecho y la necesidad territorial. Quiso ser la escenificación de la política de base sobre el hecho diferencial. En todo caso, constituyó la exhibición electoral más osada de cuantas se habrán hecho durante esta campaña repetida en Mallorca. Units Podem Més atraer público. El día 26 se verá si ello se traduce también en mayor capacidad de obtener refrendo en las urnas. Pero el contenido de la fiesta vivida ayer en el Parc de Sa Riera es también la demostración de que queda mucho votante por conquistar. Y en disputa.

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