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Homofobia

Es probable que el asesino de Orlando que acribilló a balazos a cincuenta personas en un club gay de Orlando, en Florida, fuese un fanático islamista, lo que explicaría su brutal agresividad, su descomunal intransigencia basada en abyectos valores supuestamente trascendentes. Sin embargo, se equivocaría quien pensase que la homofobia tan solo reside en estos espacios del integrismo religioso.

La homosexualidad dejó de ser para la Organización Mundial de la Salud una "enfermedad" en 1990, pero hay todavía varias 'escuelas de pensamiento' que afirman su carácter patológico. Y, desde luego, no ha sido despenalizada en muchos países, en varios de los cuales es incluso sancionada con la pena de muerte (casos de Irán o Arabia Saudita). Pero sobre todo sigue teniendo serios problemas de aceptación social.

El hecho de que sigan existiendo todavía bares gay en países abiertos como los Estados Unidos demuestra la pervivencia de guetos, donde se recluyen los homosexuales para evitar precisamente incidentes con el resto de la población. Y el dato de que en España la mayor parte de los delitos llamados de odio sean agresiones homófobas a homosexuales acredita que estamos lejos de la normalización. Es preciso seguir avanzando en esta y en todas las demás asignaturas del largo camino de la integración.

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