Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

Cambio suegra por sueca

Yusted también. Admitamos que la figura de la suegra se ha agigantado, para que sus allegados lograran sobrevivir a la crisis. Sus pensiones se estiraban...

Yusted también. Admitamos que la figura de la suegra se ha agigantado, para que sus allegados lograran sobrevivir a la crisis. Sus pensiones se estiraban hasta cubrir el hambre de una familia numerosa. Sus ahorros llegaban donde no alcanzaban los ingresos de un hogar con todos su miembros en paro. Sus joyas fueron sacrificadas para que los nietos pudieran disfrutar de unas vacaciones, los pequeños no tienen la culpa de nada. Tampoco los agobios económicos iban a durar para siempre, así que llegó una tímida recuperación. Y la suegra seguía ahí.

En Mallorca, el cambio de ciclo se debe a que todos los escandinavos quieren fijar su residencia en la isla. O alquilar una casa, o una habitación, o una terraza con saco de dormir incorporado. La estrategia de negocio es tan disparatada, que una sueca realquilada equilibra el presupuesto familiar. Pero la suegra okupa, y no me he equivocado de verbo, el espacio codiciado por los vikingos. Cumplida su misión caritativa durante la crisis feroz, la buena señora se siente ahora apuñalada por la mirada letal de sus familiares. Alusiones veladas, el silencio anhelante a su alrededor a cada expectoración, su ordenador abierto en una página de alquileres vacacionales.

Cuando lo más valioso de una suegra es la habitación que ocupa, algo se ha roto en la cohesión familiar. Ya sabemos que no es un caso absolutamente generalizado, algún mallorquín no vendió su casa a un alemán durante la anterior invasión. De nada servirá que enumeremos las contrapartidas del alquiler de cada metro cuadrado urbanizado de Mallorca. La sueca que sustituya a la suegra no se ajustará siempre a su leyenda, y a los dos meses añoraremos a la madre política. Los ingresos calculados tampoco se compadecen con la realidad, y para mantener la puntuación en airbnb hay que trabajar más que un jornalero. Colectivamente, Mallorca se saturará y se convertirá en el sitio al que ya no va nadie porque siempre está lleno. Nuestra vocación pedagógica nos obliga a ofrecer una solución, en la fórmula de buscar un novio sueco de pago para la suegra, que comparta la disputada habitación. Todos felices, llega el dinero y triunfa el amor.

Compartir el artículo

stats