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Llorenç Riera

Equilibrios para financiar el prestigio

Ayer, al presentar la inminente facultad de Medicina a los profesionales de la sanidad pública, la consellera de Salud cimentó su existencia y el uso de las instalaciones de Son Espases, sobre "el conocimiento, la experiencia y el prestigio internacional" de los médicos que trabajan en Balears.

La solvencia de los galenos de la isla está fuera de toda discusión. No se trata ahora de ponerla en cuarentena, pero el trípode de aval profesional esgrimido por Patricia Gómez se vuelve insuficiente para dotar con plenitud a la nueva facultad y al contrario de lo que supone la consellera, no garantiza por si sola el éxito de la unos estudios necesarios y con alta demanda, como se ha demostrado el mismo día de apertura de la preinscripción.

Un grado de Medicina que se nutre del prestigio heredado y consolidado y a su vez reporta más prestigio personal y social. Pero habrá que inyectarle viabilidad económica porque, de lo contrario, ya se fracasará en el mismo punto de arranque. Este es el verdadero escollo, la dificultad de financiación que decanta a Podemos hacia el rechazo de la facultad de Medicina y la causa del zarandeo vivido anteanoche en la comisión parlamentaria de Sanidad.

El director general de Presupuestos, Joan Carrió, tiene en sus manos un codiciado y bien custodiado informe técnico sobre los costes de la facultad de Medicina, que al Govern le cuesta horrores sacar a la luz pública. Pero ahora deberá hacerlo, el PSOE se resigna a ello porque, de lo contrario, queda en evidencia ante la oposición y frente a su socio de gobierno.

Solo hay una explicación, que no justificación, para tanto sigilo. El informe técnico en cuestión, por lo que se sabe, es un estricto ejercicio de tijeras y utiliza un término maldito en tiempos electorales y de regateo de servicios públicos, no es otro que el de los recortes. Es, por otro lado, el único compatible con la muy limitada capacidad de endeudamiento y los postulados de la normativa de estabilidad financiera en boga.

Este periódico ya publicó el pasado mes de abril que la consellera de Hacienda, Catalina Cladera se amparaba en la condición de informe "abierto y en trámite" para no mostrar su contenido, pero, por lo que se ha podido saber, está basado en la lógica de que no se puede sacar de dónde no hay, que la facultad de Medicina no está presupuestada y que arrancarla comporta aplicar recortes nada menos que en Sanidad y Educación. Cuando todos los cursos estén implantados, la facultad costará 4,04 millones al año. La consellera no lo ve especialmente significativo dentro de unos presupuestos de 4.200 millones. De momento, habrá que buscar dotación económica progresiva de 600.000 euros por curso.

El PP ha realizado una interpelación parlamentaria solicitando el informe técnico. Més se ha mostrado dispuesto a apoyar la iniciativa y ante ello al PSOE no le ha quedado otro remedio que el de correr y emprender la misma senda para no quedar en evidencia y expuesto a la acusación de opacidad. Definitivamente, el informe sobre los costes reales de la Facultad de Medicina será objeto de una próxima comisión parlamentaria.

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