Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Llorenç Riera

La carpeta de la suciedad política

Emaya huele mal desde tiempo inmemorial. Guarda algunos posos considerables de contaminación, tanto en su manejo y herencia política como en el proceso de reciclaje de su gestión. A lo mejor algún día podrá responder a la denominación formal de Empresa Municipal de Aguas y Alcantarillado, pero hoy sus siglas siguen correspondiéndose con las de un Ente Manipulador de Abusos y Arbitrariedades.

Entre otras cosas, Emaya se dedica ahora a recoger trastos, mientras mantiene todavía un vasto trastero propio de enseres, no ya inútiles, sino claramente nocivos y molestos. Pero la camaleónica Emaya es también un apetitoso animal político al que no le basta con cambiar el plumaje de logo de identificación. Ayer, los concejales de Cort se tiraron los trastos a la cabeza a cuenta de una putrefacción incentivada en tiempos de UM en la empresa municipal de saneamiento, con atascos que todavía perduran.

El PP había presentado una moción para reprobar la gestión a la deriva de la teniente de alcalde de Ecología, al frente de Emaya. Halló a Neus Truyol parapetada tras una carpeta, era el grueso volumen de las multas por infracción medioambiental impuestas y retiradas a "amigos del PP". La edil atribuyó esta selección a su predecesor en la presidencia de Emaya, Andreu Garau y al director de operaciones, Alfonso Gallardo. Un ataque contundente en defensa propia. Mientras, la suciedad libra su propia batalla en la calle y el agua se vuelve lujo en el imperio de la sequía.

El PP guardó y abultó la carpeta a conveniencia y el entente Més, PSOE, Podemos también la ha custodiado hasta el momento político oportuno para lanzarla contra la oposición ¿ Dónde queda la identidad propia y la defensa de la gestión realizada por los actuales responsables de Cort? La reacción del PP se plasmó en la exigencia de copia de la carpeta prohibida y en la demanda de remisión de su contenido a la Fiscalía. A Marga Durán no le ha quedado otro remedio que el de dejarse oír por una vez para afirmar que a ella nadie le gana en beligerancia frente al prevaricador. Pero los "amigos del PP" conforman un colectivo de infractores que han vulnerado el reglamento medioambiental del municipio cometiendo irregularidades que a lo sumo comportan multas de entre 300 y 600 euros. No tienen recorrido penal. La carpeta en cuestión es mejor instrumento de malas prácticas políticas que estímulo de higiene urbana. Emaya no podrá hacer buen uso de la escoba en la calle hasta que no haya acreditado su solvencia en el manejo en casa propia. Si de paso la usa en Cort, mucho mejor.

Una mancha tapa y se superpone a otra. Ayer se logró desviar la atención sobre la amplia problemática que afecta a Emaya. Carpetazo al asunto con un dossier de irregularidades administrativas. Suciedad burocrática como efecto deslumbrante sobre la polución y la falta de higiene física. Ya se sabe, la suciedad no hace más que generar mayor suciedad.

Compartir el artículo

stats