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Llorenç Riera

Pérdida y polémica de banderas azules

Precisamente en la temporada en que Balears recibirá más turistas que nunca, habrá menos distintivos de calidad ondeando en sus playas. A lo peor resulta que el viento de los condicionantes y los criterios de medición utilizados para otorgar las banderas azules han cambiado de dirección. Algo ocurre, cierto oleaje revuelto alcanza al asunto desde el momento en que el vicepresidente y también conseller de Turismo, Biel Barceló, vierte sobre la cuestión la insinuación de que, si este año se han otorgado menos banderas azules a las playas de las islas, puede ser debido a no haber pagado a la empresa que las concede el dinero exigido.

Convendrá aclararlo lo antes posible porque el dardo no resulta inofensivo y, en estos términos, puede ser asociado a las prácticas de Ausbanc y Manos Limpias que han acabado con sus máximos responsables en prisión preventiva. Sin embargo, José Ramón Sánchez, presidente de la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor, al presentar la adjudicación de las banderas azules de este año, junto a la secretaria de Estado de Turismo, Isabel Borrego, ha puntualizado que nadie paga nada por obtener el preciado distintivo. En todo caso, vincula la pérdida de concesiones con las dificultades económicas que puedan atravesar algunos ayuntamientos y que les impide cumplir con la obligación de disponer de socorrista para que pueda izarse la bandera azul en la playa. También puede ser debido, según el presidente de ADEAC, al desconocimiento de los consistorios de nueva creación.

Con todo ello, el vicepresidente Barceló, sostiene que "el hecho de carecer de distintivos no quita que las playas estén en perfectas condiciones". Nos falta algún eslabón que permita enlazar todos los elementos de la arriada de banderas azules en Balears. No resulta lógico que en el año en que España bate el récord mundial en la concesión de estos elementos, las islas pierdan una docena de enseñas de calidad y para el verano de 2016 se quede con 45 en contraste con los 57 del año pasado. Ocurre cuando una de cada 5 playas españolas ya dispone de bandera azul, un total de 586. La evaluación también se hace con los puertos. Del centenar distinguidos en todo el territorio nacional, 20 están ubicados en Balears. En este caso se han incrementado en 3 en relación a 2015.

Con las banderas azules se califica la calidad del agua de la playa, la adecuada ordenación ambiental de la zona y la existencia de servicios sanitarios y de salvamento. Es una concesión o denegación que lleva tres décadas efectuándose siguiendo estos parámetros. No resulta por tanto una innovación, sino un referente de sobras conocido y tenido en cuenta por bañistas y demás usuarios de las playas. Dado que el asunto nos afecta de lleno y que la imagen turística cuenta mucho, será oportuno aclarar de forma suficiente porqué Balears ha perdido banderas azules esta temporada y con ello las sombras que el vicepresidente del Govern extiende sobre la cuestión.

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