Diario de Mallorca

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Llorenç Riera

Oferta rusa para dilatar la temporada

Mallorca lleva meses siendo la gran beneficiada de los infortunios ajenos. Amiga de la improvisación y la comodidad, como se vuelve a ver ahora, corre el peligro de acomodarse sobre la lotería repetitiva con que le agracían las dificultades de geografías próximas y lejanas. Los peligros de distorsión comparecerán de nuevo si no se es consciente de esta realidad y de esta coyuntura puntual.

Un lustro atrás, el mercado ruso se presentaba como un factor muy prometedor para la expansión de la oferta turística mallorquina. Sin embargo, hace dos años que la devaluación del rublo y los conflictos geopolíticos de Putin lo desbarataron todo. Mallorca se quedó en menos accesible para los turistas llegados del frío y los comercios de la isla dejaron de recibir la vista de unos clientes que, de entrada, debían disponer de un alto poder adquisitivo. Mientras, para salir del paso, los touroperadores y agencias rusas han mantenido sus mercados tradicionales concentrados, en su mayor parte, en Turquía y Egipto. No se podía dejar a 9 millones de clientes -más o menos los que recibe Mallorca en un año- a la intemperie. Pero ahora lo vuelven a estar porque las cosas se han desbaratado otra vez, en esta oportunidad en beneficio de la Mallorca agraciada por los males de otros.

Ocurre en los inicios de una temporada turística en la que la isla lo tiene todo vendido. En la feria de turismo de Moscú se están buscando estos días a la desesperada plazas en los alojamientos mallorquines. Los touroperadores saben que es prácticamente imposible hallarlas y que en todo caso, con los cambios actuales de moneda, les reportaría un incremento de precios del 25%. Pero no importa, no hay más dónde elegir, ni en estos momentos un destino semejante a Mallorca que ofrezca a la vez seguridad, calidad, buena gastronomía, actividad cultural, sol y playa. La Costa Brava catalana, con clientes fieles y bien trabajada en el mercado ruso, sería lo más equiparable a Mallorca pero, a pesar de ocupar en la feria de Moscú el mismo espacio que el resto de España junta, se ha quedado insuficiente para atender a la demanda.

En tales condiciones y con el verano vendido al completo en Mallorca, no queda más posibilidad que la de instalarse en la primavera y el otoño. Es la línea de actuación que han emprendido las agencias y touroperadores rusos. Han comenzado a desplegarla en la feria de Moscú y la continuarán a partir de la próxima semana en sus oficinas de Mallorca. Hay operadores nuevos, como Anex Tour, que tienen previsto mover 30.000 rusos hacia el archipiélago balear a partir del próximo mes de abril.

A Mallorca se le presenta de este modo, casi de modo fortuito y fruto de la improvisación y de la coyuntura exterior, una excelente oportunidad de dilatar la temporada en ambos extremos, mayo, junio, octubre y noviembre. Es el plan de actuación que se está comenzando a trazar de manera definida para el próximo año, pero parece que los efectos de esta nueva realidad y posibilidad ya pueden comenzar a percibirse en la primera decena del inminente mes de mayo, cuando hay vacaciones en Rusia. Por lo menos, se han reservado vuelos para Mallorca.

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