Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El embeleso de ETA

Cierto independentismo catalán piensa en su fuero interno que los etarras han sido en realidad arrojados gudaris que han combatido heroicamente por la libertad de su pueblo. No los ven como lo que son, vulgares asesinos que a punto estuvieron de imposibilitar la transición de la dictadura a la democracia, y que han extendido la muerte y la devastación en este país hasta extremos delirantes, dejando tras de sí un rastro de cerca de mil asesinatos. Si no fuera esta su percepción, no se entendería que David Fernández, de la CUP, y Joan Tardá, de ERC, hayan declarado tras visitar a Arnaldo Otegi en la cárcel de Logroño, de la que salió ayer en libertad, que el que fue máximo dirigente del brazo civil de ETA era en realidad "un preso político", víctima de "un secuestro de Estado".

Es completamente falsa la idea de un Otegi pacificador, que ha sacrificado su libertad para llevar la paz a Euskadi. El único mérito de Otegi, considerado miembro de la organización terrorista por la justicia española, fue haber visto antes que sus conmilitones que ETA estaba derrotada por lo que no tenía más remedio que buscar el fin de la violencia en las mejores condiciones posibles para la organización. No ha habido, en fin, ni una brizna de heroísmo en Otegi ni en quienes han dejado de matar porque el Estado les había ganado la partida.

Compartir el artículo

stats